Tras la primera audiencia del jurado de enjuiciamiento, la jueza Makintach renunció a su cargo
"Consciente del contexto, y del daño que la prolongación de la situación actual podría generar a la confianza pública en el Poder Judicial, considero que en este momento mi mayor contribución a la reconstrucción del prestigio institucional y a la reparación de los errores cometidos es apartarme voluntariamente del cargo", sostuvo en la carta que presentó su abogado.
Tras la primera audiencia del jurado de enjuiciamiento, la jueza Julieta Makintach renunció hoy a su cargo dentro del Tribunal N°2 de San Isidro. "Consciente del contexto, y del daño que la prolongación de la situación actual podría generar a la confianza pública en el Poder Judicial, considero que en este momento mi mayor contribución a la reconstrucción del prestigio institucional y a la reparación de los errores cometidos es apartarme voluntariamente del cargo", sostuvo.
Cabe destacar que el escándalo en torno a la magistrada se dio por el documental “Justicia Divina”, sobre el juicio por la muerte de Diego Maradona. La producción, que no había sido autorizada, la tenía a ella como protagonista estelar.
La renuncia fue dirigida al gobernador Axel Kicillof y que es quien deberá aceptarla o no. En la primera audiencia del jurado de enjuiciamiento, sus integrantes habían definido aceptar las siete denuncias presentadas en contra de la magistrada, una de ellas, la del Procurador bonaerense, Julio Conte Grand.
La renuncia
Tengo el honor de dirigirme a Ud., en mi carácter de Jueza del Tribunal en lo Criminal N° 2 del Departamento Judicial de San Isidro, a fin de presentar mi renuncia al cargo para el cual fui oportunamente designada.
La presente decisión se inscribe en el contexto de los hechos de público conocimiento que han generado un profundo impacto institucional y social, con consecuencias no deseadas, —las que lamento profundamente—, vinculados al desempeño de mi rol jurisdiccional en un juicio oral de alta sensibilidad pública.
Asumo que el ejercicio de la función judicial no puede desvincularse de la responsabilidad ética, política e institucional que conlleva integrar uno de los poderes del Estado, cuando defrauda expectativas sociales puestas al servicio de la buena administración de justicia.
Consciente del contexto, y del daño que la prolongación de la situación actual podría generar a la confianza pública en el Poder Judicial, considero que en este momento mi mayor contribución a la reconstrucción del prestigio institucional y a la reparación de los errores cometidos es apartarme voluntariamente del cargo.
Esta decisión no sólo expresa un compromiso personal con los valores republicanos que guían nuestra función, sino también el convencimiento de que la legitimidad judicial no se sostiene exclusivamente en la legalidad formal, sino también en la percepción pública de confianza, responsabilidad y sensibilidad social frente a los derechos fundamentales.
Presento esta renuncia con serenidad, sin renunciar al derecho de ejercer mi defensa en los ámbitos que correspondan, pero con la convicción profunda de que la credibilidad del sistema de justicia exige gestos firmes y decisiones ejemplares, especialmente cuando se trata de reparar el impacto institucional de una actuación judicial que ha sido ampliamente cuestionada.
Agradezco a la Suprema Corte de Justicia y a las autoridades del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires por la oportunidad de haber ejercido una función de tan alto honor en una carrera que ha sido extensa e intachable, con capacitación permanente en el ejercicio de la judicatura con vocación y compromiso hacia la justicia.