Saúl Luciano Lliuya, un campesino y guía de montaña peruano, inició una batalla legal sin precedentes a nivel mundial contra el gigante energético alemán RWE (Rheinisch-Westfälisches Elektrizitätswerk AG).

Lliuya argumenta que su propiedad –ubicada en la localidad de Huaraz- está en riesgo de inundación por el desbordamiento de un lago glacial debido al cambio climático. Es que en los últimos años se aceleró el retroceso de estas masas de hielo y nieve en toda Sudamérica. En muchos casos, donde desaparece el glaciar, se forman lagunas, que frecuentemente son contenidas solo por diques poco estables.

Según una investigación de la Universidad de Zúrich (Suiza) y la Universidad de Texas (Estados Unidos) sobre los peligros en la zona, el desborde de la laguna arrasaría un área habitada por más de 50.000 personas, lo que causaría graves daños materiales y humanos.

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El campesino acudió ante la justicia alemana y requirió que la firma sea considerada parcialmente responsable de aliviar el riesgo, como también la aplicación futura de modelos de negocio menos nocivos para el ambiente.

“Según estudios científicos, el lago sobre mi ciudad natal está creciendo debido al derretimiento acelerado de los glaciares. RWE es uno de los mayores emisores del mundo. Pero estas corporaciones aún no han aceptado ninguna responsabilidad por las consecuencias de sus emisiones. No es necesario ser un erudito legal para ver que esto está mal”, explicó Lliuya durante una entrevista.

Esta última afirmación se basa en una investigación sobre las emisiones históricas de gases de efecto invernadero. Su caso sienta un precedente a nivel mundial, ya que se trata de la primera causa en su tipo que pasa a la etapa probatoria.

Seis años y medio después del inicio de la demanda, el tribunal alemán visitó Perú para inspeccionar la región. En concreto, los jueces del Tribunal Superior Regional de Hamm, asesores legales y peritos examinaron esta semana si la casa de la demandante está amenazada por una posible inundación del lago glaciar Palcacocha.

Los magistrados alemanes ya determinaron que una empresa privada puede, en principio, ser responsable por los riesgos climáticos que ha provocado, pero ahora se trata de probar la conexión entre las emisiones de CO2 de la demandada (RWE) y el riesgo en este caso concreto.

En el caso, según detallaron, se está juzgando con arreglo a la ley de "molestias" de Alemania, que tiene equivalentes en muchos otros sistemas jurídicos del mundo, bajo el principio que si se interfiere en la propiedad de alguien, el dueño de la misma puede exigir que se elimine la perturbación.

“Estoy feliz por mi cliente de que finalmente esté pendiente una decisión en el asunto. Las pruebas tomadas son abrumadoras. Esperamos que ahora haya un nuevo juicio y sentencia rápidos para que puedan tomarse las medidas de protección necesarias finalmente empezar”, concluyó el abogado Roda Verheyen, quien representa al campesino.