“El año pasado fue duro y triste, pero creo yo que con la batería de medidas, con los esfuerzos que nos proponemos hacer, si logramos a pesar de ser un año electoral, trabajar unidos, este año es el comienzo de una historia diferente, de la historia del futuro de la provincia de Buenos Aires”, con esa frase cerró Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, el discurso que inauguró el 149° periodo de sesiones ordinarias en la legislatura bonaerense. Un discurso que se extendió 1 hora y 55 minutos, que incluyó un balance de lo ocurrido en 2020, críticas a la herencia que recibió esta gestión, guiños al presidente Alberto Fernández, anuncios para este año, y un mensaje que, pese a algunos pasajes, buscó conciliar con los distintos sectores que participan de la política bonaerense. 

Fue una jornada de discursos inaugurales. Por la mañana habló el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, al mediodía fue el turno del presidente Alberto Fernández y por la tarde le tocó al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, desde La Plata, en un palacio legislativo donde el frente de Todos domina en la Cámara baja pero en el cual Juntos por el Cambio es mayoría en la Cámara Alta. 

“Seguimos luchando contra el coronavirus, pero al mismo tiempo estamos poniendo los cimientos para construir la provincia de la pos pandemia”, fue una de las frases que sintetizó el sentimiento del gobernador respecto a la crisis generada por el Covid-19. Pero hizo principal hincapié en los pronóstico que se auguraban para el distrito que concentra el 40% de la población nacional: "Estaban todas las condiciones dadas para que el virus desbordará en la Provincia. Un sistema de salud diezmado, una alta concentración de población, un déficit poblacional estructural y una crisis económica y social heredada. Era un cocktail explosivo. Todos se preguntaban, ´cuándo explota el Conurbano´. Y no pasó. Ni la provincia, ni el Conurbano, ni el sistema de salud colapsaron. Pudimos y tenemos que estar orgullosos".

Kicillof hizo un repaso de los números que recibió cuando asumió la gestión el 10 de diciembre de 2019. Pero también reconoció el trabajo de los 135 intendentes, oficialistas y opositores, y de todos los dirigentes políticos y sectores de la sociedad que, sin importar distinciones partidarias, colaboraron para afrontar la pandemia. Sobre el final, hizo un nuevo llamado a la oposición para, pese al calendario electoral, colaborar en la reactivación de la Provincia. 

Envió numerosos gestos de agradecimiento del gobernador al presidente Alberto Fernández. Según Kicillof, “Alberto sigue conduciendo las riendas de un país golpeado por la crisis de la pandemia. Llegamos hasta acá muy lastimados. Pero hubiéramos llegado con más daño si Alberto no fuera nuestro presidente”. Hubo también un acompañamiento a una de las medidas anunciadas por Fernández este mediodía: “Vamos a desdolarizar definitivamente las tarifas de los servicios públicos. No puede ser que se pague en dólares la energía que consumimos en nuestros hogares”. 

Hubo anuncios de obra pública que se desplegarán en toda la provincia durante este año. Y hubo también anuncios para acompañar la recuperación del sector privado. Pero el principal eje del discurso del gobernador estuvo destinado a enfocar toda la energía en la campaña de vacunación contra el coronavirus: “Es el plan de vacunación más importante en la historia del país. Contamos con el 40% de la población Argentina, somos casi la mitad. Fuimos la primera en poner en marcha el plan de vacunación y tenemos que vacunar a la provincia de Buenos Aires, la provincia más grande del país, ese es nuestro objetivo”.

“La provincia de Buenos Aires se va a poner de pie y en marcha en el año 2021”, fue la expresión de deseo que manifestó Kicillof sobre el cierre de su extenso discurso.