El periodista y presidente del CELS, Horacio Verbitsky, publicó una columna en su sitio El Cohete a la Luna y pidió disculpas públicas por el escándalo de la “vacunación vip”. Negó que sus dichos en un programa de radio hubieran tenido una intencionalidad política.

“Mi vacunación en el Ministerio de Salud fue un error grave, del que me arrepiento, y por el que pido disculpas. Asumo sin excusas la parte que me toca y acepto todas las críticas recibidas, así como agradezco las tan numerosas comunicaciones de solidaridad y afecto. Si lo hice y, sobre todo, si luego lo conté sin que nadie me lo preguntara, es porque no advertí que fuera algo incorrecto, el ejercicio de un privilegio”, comenzó diciendo.

El ‘Perro’ fue el responsable de destapar un hecho escandaloso en el Ministerio de Salud que terminó con la salida de Ginés González García y la reciente asunción de Carla Vizzotti en la cartera. Fue quien reveló públicamente gracias a su amistad con el ministro saliente.

“Habrá quienes duden, porque a lo largo de tantos años se fue estructurando un estereotipo sobre mí que excluye actos ingenuos o simplemente estúpidos. Se presume que siempre actúo en forma racional y se buscan motivaciones ocultas, que en este caso han llegado a extremos delirantes, como que fue un regalo de cumpleaños a Cristina, para que el gobierno se desembarazara de Ginés”, escribió ante las especulaciones por una posible intencionalidad política.

Y es que muchos pensaron que esta revelación pública de Verbitsky se trataba de una operación política con un fin determinado. Es de público conocimiento su relación con Alberto Fernández y con parte del Gobierno Nacional. A eso se le suma que es consciente de su poder al escribir una columna, que normalmente siempre trae viento de cola.

A su vez, explicó el por qué accedió a la vacuna: “Alarmado ante el noveno contagio en mi familia, que abarcó desde septuagenarios hasta bebés de un año, y con una víctima fatal luego de semanas de sufrimiento, lo consulté sobre si me correspondía. (Ginés) Me dijo que sí y que debía hacerlo en el Hospital Posadas, uno de los tres nacionales, que depende del Ministerio. Días después obtuve el turno. Pero horas antes, desde la secretaría privada del ministro me indicaron que un equipo ambulante del hospital lo haría en el propio Ministerio. No debí haberlo consentido”.

“Pero nada de eso me justifica. Por el contrario, debilita mi reclamo de un trato igualitario y de cuidado especial a los más vulnerables. Lo más decente que se me ocurre es reconocerlo y pedir perdón. El único consuelo es constatar cuánta gente digna y pura nos rodea y no nos habíamos dado cuenta”, concluyó.