La referente de La Cámpora en la Cámara de Diputados, Daniela Vilar (Buenos Aires), en diálogo exclusivo con Data Clave detalló los objetivos del proyecto que busca promocionar la industria nacional de productos para la gestión menstrual. La desigualdad económica de las mujeres y el impacto ecológico en los consumos de higiene femeninos. 

-DC: Presentaron un proyecto sobre la gestión menstrual ¿Qué complicaciones trae la dificultad para acceder a estos productos?

DV: Según la Dirección Nacional De Economía y Género, el costo anual de la alternativa más barata de las presentadas, tampones en Precios Cuidados, equivale a: Un 49% de un ingreso medio mensual del decil más pobre (EPH, 1er trimestre 2020), el 34% del costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), el 60% del monto de Asignación Universal por Hijo/a (AUH) y el 21% de un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Si se usan los productos más caros fuera de Precios Cuidados el costo anual puede ser hasta el 70% de un salario del decil más pobre.

-DC: ¿Qué significa esto último?

DV: En el caso de mujeres de bajos recursos puede representar un costo muy alto para su ingreso mensual, en un contexto donde la pobreza está sumamente feminizada. Teniendo en cuenta que 7 de cada 10 personas pobres son mujeres en nuestro país, o que hay trabajos sumamente feminizados como el trabajo doméstico donde el salario promedio es de poco más de $8.000. Además de tener peores salarios en general, las mujeres enfrentan mayores niveles de informalidad (36% versus 34,2%) y mayores niveles de desocupación (10,8% versus 8,9%) que los varones. El caso más notable es el de las jóvenes de hasta 29 años que superan el 22% de desempleo, cuando para los varones del mismo rango etario el desempleo es del 17,9%. 

-DC: ¿A qué productos puntualmente se apunta en la promoción? ¿Son todos los que se quiere promocionar o alguno en especial?

DV: Las toallitas y tampones tienen un fuerte impacto en el ambiente. Las toallitas y tampones generan 132.000 toneladas de residuos no reciclables al año. Son residuos patógenos, que pueden filtrarse y contaminar aguas subterráneas, arroyos y lagos, produciendo problemas graves de salud. Esto deriva en un montón de nuevos problemas, que van desde el mal olor a la reproducción de bacterias, virus, hongos y parásitos transmisores de enfermedades, que empeoran la calidad de vida de las zonas aledañas que justamente suelen ser barrios vulnerables. Incluso hay estudios, como uno de la universidad de La Plata, que analizó los componentes de toallitas y tampones y encontró que en el 85% había trazas de glifosato. No sabemos qué impacto puede tener esto en la salud, y esto es justamente parte de lo que busca el proyecto, incentivar la generación de datos.También es clave a la hora de analizar este tema tener en cuenta el componente de desigualdad. La gestión menstrual demanda acceso a agua limpia, instalaciones adecuadas, elementos seguros, lugar para la correcta eliminación de desechos, cuestiones que claramente no están garantizadas en todos los casos. 

-DC: ¿Qué proponen como alternativa?

DV: Con un buen cuidado una persona menstruante podría utilizar solo tres o cuatro copas menstruales durante sus años fértiles, frente a los 12.000 tampones y 6.000 toallitas higiénicas. Entonces es importante que promovamos estos métodos más saludables y ecológicos.

-DC: ¿La promoción de la producción nacional incluye que sea el Estado el que se encargue de un porcentaje de la producción o solo es un proyecto que dispone incentivo a la producción de los privados?

DV: El proyecto apunta a la generación de datos e información que sirvan de insumo para crear políticas públicas basadas en evidencia y diagnósticos certeros. También propone campañas de difusión de todos los métodos que existen, sobre todo los sustentables que son los que menos difusión tienen. El proyecto es solo de generación de datos y promoción. No significa una nueva erogación o partida presupuestaria, ni la creación de cargos o contrataciones.

-DC: Se disparó una polémica propia de las redes producto del título de uno de los artículos que crea un Observatorio, ¿que significa esta propuesta puntual?

DV: Simplemente se busca que los distintos Ministerios (el ministerio de salud, el Ministerio de mujeres y géneros, el Min de Economía con la dirección de economía y Género), que abordan las distintas aristas del tema trabajen coordinadamente para que este deje de ser un tema invisibilizado, para generar datos e información, para desarrollar políticas públicas con evidencia. Este es el punto de partida de cualquier política pública y en esto consiste el observatorio: que el Estado en conjunto con la sociedad civil genere información y datos para la creación políticas públicas que ayuden a reducir las desigualdades de la menstruación. Tiene como finalidad que las mujeres podamos elegir con información. Y es responsabilidad del Estado capacitar y sensibilizar sobre el tema.

-DC: Por último, si tuvieras que definir un objetivo del proyecto ¿Cuál sería?

DV: Se busca incluir los elementos de gestión menstrual reutilizables en el Programa Precios Cuidados (hay algunos no reutilizables incluidos). Creemos también que es responsabilidad del Estado en su conjunto promover la fabricación desde la industria nacional de elementos de gestión menstrual sustentable, no que el Estado produzca, que fomente la producción y la comercialización.