Las elecciones bonaerenses dejaron varias lecturas en el aire. Incluso una que, por las redes, explicaba cómo empatar contra Brasil jugando mal, y su consecuente clasificación al Mundial de Qatar 2022, podría ser una de las mejores formas de explicar por qué el Frente de Todos logró un buen resultado en los comicios del pasado domingo.

Al día de hoy, “nada es verdad ni mentira, todo es según con el color del cristal con el que se mira” como expresa la famosa ley Campoamor. Lo cierto es que los intendentes jugaron su elección. O mejor dicho, su partido. Y el marcador quedó a la vista el domingo por la noche cuando la votación expuso que buena parte de la campaña realizada tras las PASO se enfocó en la municipalización del discurso. 

En 10 de los 24 distritos del Conurbano, los jefes comunales obtuvieron un corte de boleta de entre 5 mil y 10 mil votos a favor. Un número que, más allá de las diferentes poblaciones municipales, dejó a la vista que la estrategia para generar un cambio con respecto a las PASO tuvo su impacto. Pero, en mayor medida, fue a nivel local.

Claro, el aporte ayudó también a lograr un mejor empuje para la boleta del medio y, así, empatar el Senado, como ya se ha contado con anterioridad. Sin embargo, la baja en espejo con la nómina nacional fue muy considerable y, a la vez, también los dejó en evidencia con Nación. 

Y es que, más allá de que los jefes comunales expresaron su fuerza, desde el gobierno de Alberto Fernández esperaban que esa tracción local también tuviera su resultado nacional. Es más. Si hubiera ocurrido esto, la lista encabezada por Victoria Tolosa Paz habría resultado ganadora. “Ni bien terminaron las PASO, Alberto se juntó con los intendentes para ir a buscar el voto casa por casa. Y el resultado quedó a la vista pero solo a nivel municipal y también en lo provincial, pero no en lo nacional”, le dice a este portal un jefe comunal cercano al presidente.
Sin embargo, las diferencias en algunos distritos llamaron la atención. En San Fernando, la lista de encabezada por María Eva Andreotti, hermana del intendente massista Juan Andreotti, superó por 9 mil votos la boleta nacional. 

Mismo número para la distancia entre Mariano Ortega, el elegido por Martín Insaurralde para encabezar la lista de ediles, y la nómina nacional; mientras que en Malvinas Argentinas, donde la intendenta es Noelia Correa, pero manda Leo Nardini, la diferencia fue de 5 mil votos. Los ministros bonaerenses pusieron mucha presencia local para justamente elevar la media. Y lo consiguieron.

Ninguno de los intendentes que lograron subir tanto el voto a nivel local salió a evidenciar este logro. Es que faja nacional funcionó como contra peso. Eso sí, por lo bajo, y puertas adentro, sí dejaron en claro la importancia del logro.

Voto inorgánico: fuerte corte de boleta ¿en favor de los intendentes o en contra de Nación?

“Todavía nos quedan sueños por cumplir. Pero hay que tener en claro que el mensaje que nos dio el pueblo es que quiere que sigamos trabajando para seguir transformando Pilar, ampliar derechos, tener un Estado presente y que quienes nos necesitan tengan una mano solidaria del Estado”, aseguró Federico Achával, a cargo de Pilar. Su lista logró 8 mil votos más a nivel local.

Un caso similar al de Esteban Echeverría, donde Fernando Gray, pese a las grandes diferencias que mantiene con la conducción nacional y provincial, había pedido en la previa apoyar “la lista completa de nuestro frente, porque no somos un frente más, estamos dentro de un proyecto político transformador”.

Donde también se dio una diferencia significativa en favor de la conducción local fue en Tigre, Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui y Ezeiza.

A la inversa solo quedaron La Matanza y Merlo que sufrieron una baja considerable del voto de confianza a los intendentes Fernando Espinoza y Gustavo Menéndez, respectivamente. El primero cayó 20 mil votos con respecto a la boleta nacional mientras que el segundo obtuvo 11 mil sufragios menos.