Después de participar en la reunión virtual que convocaron Luis Caputo y Guillermo Francos para discutir el nuevo plan de blanqueo, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, no se guardó nada. Horas más tarde, salió al cruce del Gobierno nacional con críticas filosas y advertencias legales: “No entiende, no conoce y ni se preocupa por el Interior”, disparó, marcando uno de los puntos más tensos del vínculo entre la Casa Rosada y las provincias desde el arranque de la gestión de Javier Milei.

El mandatario rionegrino fue parte del primer grupo de gobernadores que dialogó por videollamada con los funcionarios nacionales sobre la Reparación Histórica del Ahorro de los Argentinos, el proyecto que impulsa el oficialismo para incentivar el ingreso de dólares no declarados al circuito formal. Pero lejos de alinearse, Weretilneck aprovechó para marcar las diferencias con el esquema libertario y cuestionar el impacto del plan sobre los ingresos provinciales: “El planteo de los gobernadores fue ese, cómo hacer para no caer en una ilegalidad”, señaló.

Uno de los puntos de conflicto fue el pedido de la Casa Rosada de que los patrimonios no declarados no estén alcanzados por Ingresos Brutos, una de las principales fuentes de financiamiento de las provincias. Para Weretilneck, eso representa “un problema” y advirtió que, a diferencia del blanqueo anterior, esta vez no hay una ley nacional que justifique la exención: “Por eso se quedó seguir discutiendo”, explicó.

Más allá de la discusión tributaria, lo que terminó de tensar la relación fue la parálisis de obras nacionales claves para Río Negro. En una entrevista con Canal 10, el gobernador fue tajante al respecto: “No hace mantenimiento, no resuelve los contratos que tiene incumplidos y no resuelve los proyectos ejecutivos, ya sea en la Ruta 22 o en la 151”. Por eso, adelantó que analiza ir a la Justicia para exigir la reactivación de los trabajos en esas vías estratégicas. “Es muy probable que entre el sector privado y el sector público, ya sean intendentes o Gobierno provincial, se avance en acciones legales”, sostuvo.

La reunión encabezada por Caputo y Francos desde la Casa Rosada estuvo dividida en dos tandas. En la primera participaron, además de Weretilneck, los mandatarios de Catamarca, Jujuy, Misiones, Neuquén, Salta, Santiago del Estero y el ministro de Economía de Tucumán. En la segunda ronda estuvieron los representantes de Chaco, Chubut, Corrientes, Mendoza, San Juan, San Luis, Entre Ríos y Córdoba. Notoriamente ausentes estuvieron los gobernadores más críticos: ni Axel Kicillof, ni Ricardo Quintela, ni Sergio Ziliotto, Gildo Insfrán, Gustavo Melella o Claudio Vidal dijeron presente. Tampoco hubo representantes de Santa Fe ni de la Ciudad de Buenos Aires.

La advertencia judicial del gobernador no es la primera que suena desde una provincia patagónica. Río Negro ya acompañó en el pasado una presentación por el mal estado de la Ruta 40 entre Bariloche y El Bolsón, otra obra nacional que quedó en pausa por decisión de la administración libertaria. La estrategia ahora sería replicar esa movida en otras trazas clave para la conectividad y la economía regional.

El malestar del rionegrino también dejó al descubierto la falta de diálogo real con el Interior, más allá de las reuniones formales por Zoom. “Los problemas, sean públicos o privados, tienen que ser abordados y resueltos por los rionegrinos”, insistió Weretilneck, marcando una frontera clara con el gobierno central.

En paralelo, el Plan de Reparación Histórica del Ahorro busca que se sinceren activos no declarados en moneda extranjera, especialmente los que están “debajo del colchón”. Sin embargo, el esquema todavía genera dudas en muchas provincias, sobre todo por los efectos fiscales colaterales. Las negociaciones con los gobernadores seguirán en los próximos días, pero el clima ya está caldeado.