Willy Kohan se retiró del estudio de Radio Mitre, tras participar del programa Cada Mañana, con una novedad: el blue se alejaba de los $200 y se acercaba a los $180. Mientras recibía novedades de la City, un oyente y lector de esta columna lo interrumpió en la esquina de Mansilla y Anchorena y le dijo, "perdoname Willy, pero tengo varias preguntas".

"¿Tenes tiempo?", contestó Willy, y una por una, fue despejando las dudas. Desde las variaciones del dólar, hasta un balance de la gestión de Néstor Kirchner a la carta que el lunes publicó Cristina Kirchner. 

-Willy, el otro día dijiste que Guzmán se puso la cinta de capitán 2-0 abajo en La Paz. ¿Cómo lo viste esta semana, con la licitación de bonos (¿fue exitosa?) y las medidas que envió al Congreso?

Willi Kohan: Guzmán está tratando de buscar una tregua en el mercado cambiario para ganar tiempo y ver si eventualmente la negociación con el fondo monetario mejora un poco las expectativas en términos del desequilibrio que genera este problema (la enorme cantidad de pesos que hubo y habrá que emitir para sostener esta situación de crisis profundizada por la pandemia). Lo que intenta Guzmán, que se ha intentado en otras oportunidades, es ofrecer un festival de bonos con atractivos para que todos los pesos que están en la economía tengan otra opción en vez de ir al dólar. Hace varias semanas decíamos que el dólar está buscando nuevos equilibrios. El blue se había ido a casi $200 y tras esa sobrerreacción los mercados van buscando un nuevo equilibrio. Hoy celebramos que el dólar no está a $200 pero nos olvidamos que subió de $140 a $180 en muy poco tiempo. Se podría calificar los primeros días de Guzmán como una situación de un equilibrio muy inestable. Hay que estar atentos a la operatoria del dólar futuro, que puede llegar a traer problemas el día de mañana. Se están vendiendo casi US$1.000 millones por día en el mercado de futuros, y el único que vende es el Central. Si hubiera una devaluación, el Central está vendiendo futuros prácticamente a la mitad de lo que vale en el Contado con Liquidación. Y en ese caso la emisión monetaria que habría que realizar para pagar esa operatoria sería inmensa. Hay una buena señal respecto a que todo el déficit fiscal gigantesco no necesariamente el Central o el Gobierno lo atiende todo el emisión, sino que tiene capacidad de endeudarse, aunque con una tasa muy alta y con el riesgo de los efectos de una devaluación. Que es un poco lo que le pasó a Macri, cuando emitió casi 70.000 millones para pagar las operaciones del dólar futuro que se hicieron en la gestión de Vanoli en el Central. Atención con esta operación.

-Aprovechando el 27 de octubre, ¿alguna referencia a la economía de Néstor Kirchner? 

W.K: Sin duda lo que debe rescatarse de Néstor, en su mirada económica, es el pragmatismo del primer Kirchner, del que asume tras la crisis 2001/2002. Con una Argentina muy convulsionada, y en la que comprende que un gobierno sin reservas en el central es un gobierno débil. Y para que haya un gobierno con capacidad política se necesitan reservas en el Central. Ese pragmatismo que llevó a Néstor a aceptar a Lavagna en Economía y Prat Gay y a Redrado en el Central. El primer gobierno de Néstor tuvo la inteligencia de aceptar las reglas de juego del capitalismo. Tras la salida de Lavagna, y con la decisión de romper el acuerdo con el fondo, todo eso llevó a que empezaran a generarse fuertes desequilibrios y allí reapareció el déficit fiscal. A partir del primer mandato de Cristina en buena medida toda la pelea con el campo, la estatización de las AFJP, el vuelco de Néstor hacia los sectores de más de izquierda, allí de alguna manera apareció un Néstor no tan respetuoso de esos paradigmas económicos que había respetado tanto en su primer mandato: superávit fiscal, superávit comercial. No sé si Néstor hubiera repetido esa política de atraso tarifario tan injusta, en la que se terminó beneficiando a la clase media alta, clase alta, con tarifas subsidiadas. Ese modelo fue muy de Néstor y tuvo mucho que ver con los problemas que vinieron después. Ese Néstor económico, desde mi punto de vista, falló. Están esos dos Kirchner, el pragmático y el que generó buena parte de los desequilibrios. 

-La última Willy, ¿qué opinión te merece la carta de Cristina Kirchner?

W.K: Lo más relevante de la carta de Cristina es que la vicepresidenta observa una crisis económica y un riesgo de colapso cambiario que parece tenerla a ella más preocupada que lo que transmite el propio presidente y su entorno más íntimo. Hay una Cristina que ve que se viene una crisis muy profunda y, a la vez, aprovecha para deslindarse de responsabilidades. Fue obviamente un nuevo desafío para la autoridad presidencial.  No en vano Alberto se mostró junto a Massa y Vilma Ibarra, ratificando sus acuerdos políticos con esos sectores. La carta viene a ratificar las diferencias que se van profundizando en el marco de un equipo de gobierno al que las cosas no les están saliendo bien. Es importante el acuerdo nacional al que convoca Cristina, pero tiene que ver con la debilidad que enfrenta el Gobierno. Parecería que, cuando se agotan las reservas, aparece esta idea que al país o lo salvamos entre todos o no los salva nadie. La idea de compartir el costo de la crisis. Hay mucho por ver aún, respecto a los impactos de esta carta de Cristina. Sin dudas es una forma de despegarse de la crisis que ella misma ve venir sobre la situación argentina. Respecto al dólar, CFK plantea que hay un problema estructural con el bimonetarismo y que en Argentina se rompen todas las teorías. Pero lo que le pasa con el dólar es de manual de macroeconomía 1, una emisión monetaria brutal que genera la devaluación del peso. Cristina cuando fue gobierno también rifó las reservas del Central para hacer política. Esta crisis no empezó ni con Alberto ni con Macri, empezó cuando Néstor y Cristina empezaron a desafiar las leyes de la gravedad de la economía, entre 2007 y 2008. Querer responsabilizar a la gente del desastre que los que gobiernan hacen con el peso, es un truco bastante difícil de creer. Hay que ver si lo que propone Cristina es pesificar o tomar medidas más drásticas contra los ahorros y las propiedades. La respuesta de la oposición la anticipó Macri cuando dijo que JxC no tiene problemas de dialogar siempre en tanto sea con la constitución sobre la mesa.