El Senado fue el escenario que en 2018 derrotó al aborto legal. Y pese al impulso presidencial, a días de que comience el debate en comisión, aún hay incertidumbre respecto a lo que pueda suceder en la Cámara alta. 

Víctor Zimmerman es senador nacional radical en representación del Chaco. Un partido que en Diputados se volcó mayoritariamente a favor de la legalización; una provincia y una región (norte del país) que en general rechaza la iniciativa. Zimmerman, que asumió a su banca en 2019, votará en contra.

Según el senador, en diálogo exclusivo con Data Clave, el proyecto se frustrará nuevamente en el Senado. Aunque reconoce que el apoyo del presidente Alberto Fernández puede inclinar la balanza. Además, sostiene que éste no es tiempo para discutir la legalización del aborto, porque es el mes de la navidad y porque mientras, pasa por desapercibido la aprobación de la nueva fórmula jubilatoria que, según el senador chaqueño, es uno de los "temas más trascendentes desde el punto de vista del impacto del gasto en Argentina".

Data Clave: ¿Qué expectativas tiene respecto al tratamiento y a la votación de este proyecto en el Senado?

Víctor Zimmerman: La expectativa que tengo es que la ley no va a aprobarse en el Senado. Es lo que pienso y lo que considero. Y es por lo que venimos trabajando senadores de distintos bloques. Porque tiene que ver con sostener una idea, que es que la vida no se debate. No obstante el proyecto ya tiene giro a las comisiones y en ese sentido tendremos que dar el debate que corresponde a todo proyecto de ley que entra para ser tratado. 

D.C: El gobierno prorrogó el período ordinario y prevé discutir este proyecto el 29 de diciembre. ¿Qué le parece la decisión del presidente Alberto Fernández de acelerar el tratamiento?

V.Z: No estoy de acuerdo. Independientemente de este proyecto en particular, que genera tantas opiniones diversas, no estoy de acuerdo en que una ley de tanta importancia e impacto para los argentinos tenga un tratamiento de estas características. Además la considero extemporánea del momento en que lo vamos a tratar. Estamos festejando y recordando el nacimiento de Jesucristo, quienes tenemos creencia católica, y al día siguiente estamos discutiendo una ley de estas características. No considero que sea lo apropiado para lo que necesita Argentina. Pero es algo que decide el oficialismo. 

D.C: En 2018 el expresidente Mauricio Macri abrió la discusión pero no impulsó el proyecto, todo lo contrario. Esta vez sí el proyecto tiene un fuerte impulso presidencial. ¿Cree que esto cambia el escenario?

V.Z: Creo que estas cosas definen. Sin duda. Si bien tenemos un sistema de representación, siempre hay una fuerte incidencia del Presidente, y por supuesto que incide e inclina la balanza. Pero si uno mira las encuestas, también se ve que el escenario hoy es muy diferente respecto al 2018. Pero estas cosas están dentro de lo que nos pasan y hay que afrontarlo. Pero quiero agregar que en la última sesión del Senado se debatió uno de los temas más trascendentes desde el punto de vista del impacto del gasto en Argentina: la nueva fórmula de actualización de los haberes jubilatorios. Y pasó absolutamente desapercibida porque la atención estaba en lo que sucedía en Diputados. Por eso considero que estas cosas deberían tomarse con mayor tiempo y madurez. No obstante hay que ver cuándo se trata, porque si los números no aparecen posiblemente se postergue. Pero si se va a tratar, ahí estaremos dando el debate.

D.C: Si no se discutía este año seguramente tampoco iba a tratarse en 2021 por ser año electoral. En ese sentido da la sensación que la política utiliza la excusa de los tiempos para evitar dar ciertos debates trascendentales. ¿Lo ve así?

V.Z: Tiene que formar parte del aprendizaje de la democracia en Argentina, que los tiempos en la política tienen que estar más acotados. Pero no me parece que eso tenga que impedir algunas cuestiones. No estoy hablando de que estamos a fin de año, cuando muchas veces se enervan los ánimos de la gente y estamos metiendo en el medio una ley que divide a los argentinos, de una problemática que todos creemos que deberíamos encontrar un norte común para resolverla. Y este proyecto va en el sentido contrario. También es cierto que en años electorales también se enervan las pasiones de los integrantes de los distintos partidos, pero tiene que ser un proceso de aprendizaje que tenemos que asumir definitivamente los representantes políticos, para que los tiempos electorales, de discusión política, sean más acotados. 

D.C: Si uno observa el mapa de votación de los legisladores respecto a este proyecto ve, que en la región norte del país, es donde se concentra el mayor porcentaje de voto en contra de la legalización del aborto. ¿A qué corresponde?

V.Z: Porque este proyecto no representa a la mayoría de los argentinos y argentinas. Eso está claro. En nuestra provincia los problemas de muerte de mujeres en nuestra provincia y en nuestro país no tiene que ver con el aborto, es uno de los porcentajes más chicos. Hay otras prioridades antes. Y esto es lo que en Argentina no está claro en el último tiempo, definir las prioridades para avanzar en las políticas públicas que permitan a todos los argentinos, donde sea que vivan, a estar mejor. 

D.C: En Diputados el proyecto recibió algunos cambios que ayudó a ampliar la base de apoyos. ¿Hay algún cambio que pueda revertir su posición?

V.Z: Para algunos pueden ser significativos. Y a algunos los puede convencer. En mi caso no, me parece que los cambios realizados no son sustantivos y que la cuestión central en un proyecto de estas características no pasa por las modificaciones que se hicieron. Estoy convencido de lo que voy a hacer, tiene que ver con mi vida y con mi comportamiento de siempre.