Zulemita Menem sorprendió estos días con una decisión: se va a dedicar a la política. "Los cargos no se heredan, pero si el compromiso", dice la hija del dos veces presidente y actual senador por La Rioja, Carlos Saúl Menem.

En diálogo con Data Clave, asegura que quiere trabajar "por la pacificación y la reconciliación de los argentinos". Reivindica al peronismo como el movimiento que defiende "al trabajador, al más humilde, y el que le da herramientas para superarse", y al menemismo como el período en que "siempre se buscó la paz, la modernidad y también la racionalidad".

Asegura que hubo un proceso de demonización de los gobiernos de Menem, "pero hoy estamos en un pleno proceso de reivindicación de mi padre, y lo voy a hacer".

Ni bien mencionó la posibilidad de candidatearse la llamaron "de todos los sectores" pero todavía no decidió cuál será el partido al que representará. "Todavía falta mucho para las elecciones, voy a tomarme el tiempo necesario para decidirme por la mejor opción", dijo.

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Data Clave: ¿Qué es para vos el peronismo?

Zulemita Menem: El peronismo es un movimiento que entiende a la política como a la defensa del trabajador, el más humilde. Eso significa que si tenés que elegir entre los poderosos y el hombre que va de a pie, descalzo, elegís a ese. Pero también dándole herramientas para superarse. 

D.C: ¿Y al menemismo? ¿Cómo lo definirías?

Z.M: Es un movimiento que siempre buscó la paz, la modernidad y también la racionalidad. Obviamente, sumando a la defensa de los que más la necesitan. El menemismo logró la estabilidad, la paz, que es de lo más importante que hizo el viejo, y gracias a eso pudo gobernar. 

D.C: ¿Qué significado tiene para la historia de nuestro país la figura de Carlos Menem?

Z.M: Fue el político más importante desde la vuelta a la democracia. Comprometió su vida e hizo todo con pasión. Pocos presidentes disfrutaron tanto del poder como lo hizo mi viejo. 

D.C: ¿Quién fue el mejor presidente de la democracia? (excluyendo a tu padre)

Z.M: Juan Domingo Perón. 

D.C: ¿Por qué ahora decidiste participar políticamente?

Z.M: Todo el mundo me dice que no es el momento ahora, que no es el momento con todos los problemas que hay. Pero cuando todo está mal, es cuando uno se la tiene que jugar. Además siempre estuve involucrada en la política. Me decido ahora para revalorizar al Gobierno de viejo. Y darle luz a algo que hizo históricamente, y que muchos argentinos lo piensan y lo están diciendo. Por eso me gustaría ser la voz de todos ellos que quedaron callados. Me duele mucho ver el enfrentamiento que hay entre todos los argentinos. Me duele sentarme en una mesa con amigos y que se empiecen a pelear. Es demasiado la división y el odio que hay. 

D.C: ¿Existe la grieta realmente o es un invento del periodismo?

Z.M: La grieta existe. No me gusta usar esa palabra, porque está muy trillada y pierde el significado. Hay una división tan grande y profunda que no tiene nada que ver con el periodismo. No está bueno echarle la culpa al periodismo de lo que pasa en el país.

D.C: ¿Cómo ves al gobierno de Alberto Fernández? ¿Cómo evalúas el manejo que hizo de la cuarentena?

Z.M: Es muy difícil de definir. Es algo inédito por lo que tuvo que pasar y está pasando, como la pandemia. Creo que la cuarentena sirvió para consolidar un sistema sanitario que estaba devastado. Si no hubiera existido la cuarentena creo que sanitariamente estábamos al horno. No se puede hablar del manejo de esto con el diario del lunes. Soy muy respetuosa del trabajo que hicieron. Los puntos buenos que tuvo y tiene a favor fue haber arreglado la deuda, cuando nadie creía que lo iban a hacer.

D.C: ¿Qué rol te gustaría ocupar en la política argentina?

Z.M: Quiero trabajar por la pacificación y la reconciliación de los argentinos. Es algo que lo tengo muy presente y por lo que más me llama a entrar en política. Hay mucha rabia y bronca de las dos puntas. Ojalá podamos tender puentes, que es lo más importante. 

D.C: ¿Cuáles serían tus primeros pasos como candidata?

Z.M: Iría por diputada por la provincia. Para después, no sé. Creo mucho en el destino. Creo que Dios te va presentando las cosas en el momento justo. Y cómo decimos los árabes: todo está escrito. Lo importante es haber tomado la decisión, porque tengo la vocación de hacerlo. Vivo todo como mujer y como madre. No vengo de maestrías ni mucho menos, soy licenciada en comercio exterior, pero todo lo que sé lo sé por acompañar a mis padres. Sobre todo en política, por estar al lado de papá. 

D.C: ¿Qué heredaste de tus padres?

Z.M: Los cargos no se heredan. Y es cierto. Pero sí se hereda la pasión. Cuando ves a tus viejos laburando, te va a gustar el laburo. Yo vi a mi viejo romperse el lomo trabajando en política. No hubo político que haya hecho las campañas que hizo mi viejo. No existe ni va a existir. Lo vi gobernar con el alma. Lo vi perder muchas cosas. Y sufrir. Y eso sí se hereda, porque lo vivís. También heredé de mi vieja lo que una madre puede hacer por sus hijos, que es infinito. Aprendí muchísimo de ellos y estoy orgullosa de ser Menem. Nunca dejaré de defender la presidencia de mi padre, porque sé lo que él dejó a la política. Y sé que él no se fue mal del gobierno. Al contrario, creo que después hubo un proceso de demonización de su figura, pero hoy estamos en pleno proceso de reivindicación de mi padre, y lo voy a hacer.

D.C: Tres deseos para nuestro país

Z.M: La paz, la estabilidad y la modernización. Son las cosas que deseo que volvamos a tener, porque ya las tuvimos.