El mismo día en que el ministro de Economía, Martín Guzmán participará en Venecia de una reunión del G-20, el Gobierno estará pagando los primeros U$S160 millones en concepto de intereses, de la deuda externa privada restructurada en agosto del año pasado. 

Merced a esa restructuración “los pagos a enfrentar de la deuda privadas son muy bajos. Recién en el próximo mandato habrá vencimientos significativo”, explicó el economista Lorenzo Sigaut Gravina, en declaraciones a Data Clave. 

Si a esta postergación de los pagos se le agrega una refinanciación de los que se les debe hacer al Fondo Monetario Internacional, unos US$ 17.700 el año próximo, “se tendrá un horizonte despejado”, dijo el economista de la Consultora Equilibra. 

“Lo excepcional es que un país, que casi no paga intereses por su deuda y que no enfrente mayores vencimientos de capital en el corto plazo, siga con el acceso vedado al mercado internacional de crédito y con un Riesgo País en torno a los 1.600 puntos”, dijo Sigaut Gravina. 

La reestructuración implicó una reducción del 5% de una  deuda de US$ 66.000 millones, con un primer pago de US$ 160 millones para el 9 de julio, otros US$ 691 millones en el siguiente vencimiento, el 9 de enero de 2022, y luego otros US$ 681 en julio del año próximo. 

Además, postergó los pagos para el próximo gobierno, con unos US$ 1.200 millones en el 2024 y unos US$ 5.000 millones en el 2025, solo de deuda privada emitida en el exterior.  

A pesar de esta postergación en los pagos, la tasa de Riesgo País, que había bajado a 1.100 puntos el primero de septiembre, fecha en que se formalizó el acuerdo, comenzó a subir hasta situarse hoy en torno a los 1.600 puntos. 

En medio de este proceso, la deuda del Gobierno argentino trepó de US$ 323.000 millones a fines del 2019 a 341 millones en junio, informó el Ministerio de Economía. 

Para el economista Guillermo Giussi “mientras sigamos teniendo déficit fiscal, vamos a incrementar la deuda y todo lo que se está emitiendo es en el mercado local”

El Director Ejecutivo de la consultora Aerarium explicó a Data Clave que hasta mayo, “hubo un control razonable” de las cuentas fiscales, pero en junio “el Banco Central le transfirió $ 90.000 millones de utilidades contables” al ministerio de Economía para cubrir su déficit. 

“De julio a octubre habrá que esperar un gasto a ‘toda máquina’, se va a subsidiar el consumo de gas, ahora hay un proyecto para subsidiar la energía eléctrica,…Esto no es como La obra pública vos la “prendés y la apagas” cuando tenés dinero. Los gastos corrientes se vienen elevando”, dijo Giussi. 

Advirtió además sobre la deuda en Pases y Leliqs, “que ya suma 3,6 billones de pesos, contra una base monetaria de 2,9, es decir es el 124% de la Base. Seguimos teniendo una equilibrio inestable” entre la deuda y lo que Argentina reúne para pagar. 

Hace 15 días, Morgan Stanley Capital Index (MSCI), colocó a Argentina en las últimas posiciones en las calificaciones de mercado.  Pasó de la “primera B” de mercado emergente, a “Standalone” es decir, la “D” en esa tabla de calificación.          

La semana pasada, otra calificadora, Moody’s ubicó al país entre los de mayor riesgo inversor por su supuesto bajo nivel de gobernabilidad y su elevada inestabilidad. 

“Argentina y Surinam (Caa3 negativo) tienen un puntaje de impacto crediticio (CIS) muy elevadamente negativo, reflejando la débil gobernanza en ambas naciones. Una historia de defaults, instituciones débiles y falta de previsibilidad política en ambos contribuye a su baja nota”, señaló el reporte del analista Gabriel Torres, que incluye en esa categoría a Venezuela.