A pesar de aumentar los controles de precios del Gobierno, los analistas privados estiman que la inflación cerrará el 2021 cerca del 50% y prevén que para el 2022 la dinámica de precios será similar.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) que dio a conocer el INDEC la semana pasada encendió todas las alarmas oficiales. Los precios marcaron una aceleración mensual, del 2,5% de agosto al 3,5% y rompieron una racha de cinco bajas consecutivas. Además, acumularon 37% en lo que va del año y en los últimos 12 meses escalaron 52,5%.

Por su parte, la economía cumplió un año con una inflación núcleo, que mide los precios no regulados, por encima del 3% y promediando 3,8%. Ese dato marca un piso para los próximos meses, algo que pone en jaque la pauta oficial para todo 2021. 

Por caso, el Presupuesto 2021 preveía que el IPC tendrían un alza de 29% punta a punta. Esa proyección quedó descartada por la aceleración que tuvieron los precios minoristas en el primer semestre y la hoja de ruta del Gobierno para 2022 prevé un 33%.

Un informe de la consultora Invecq, que repasó los diferentes procesos inflacionarios de los últimos años, señaló que hasta 2006 esta se ubicó por debajo del 1% mensual. Entre 2007 y 2012 se ubicó entre 1% y 2%, para luego aumentar un punto más entre 2013 y 2017, para quedar entre 2% y 3%. “Desde 2018 entonces, el régimen de inflación es más elevado y el 3% pasó a ser el nuevo piso, a pesar del descenso observado en 2020 producto del freno de la actividad económica”, comentaron.

Desde LCG dijeron que de cara a fin de año coinciden en que los precios encuentren un piso del 3%, lo cual ubicaría la inflación cerca del 50% para diciembre medida punta a punta. 

Que en 2021 se vuelva a una tasa de inflación que ronda el 50% implica un retroceso a los valores de 2019. La diferencia en este caso, apuntó Invecq, es que la particularidad de este proceso inflacionario es que “la distorsión de precios relativos es mucho más elevada y el saneo del frente fiscal incorporará un incremento tarifario que gatillará parte de este proceso para el año próximo. Además, desde el frente cambiario, las expectativas del mercado siguen al alza”

Ante esto, el Gobierno se propuso avanzar en un acuerdo para congelar 1.247 productos de consumo masivo por 90 días, una receta conocida pero que no ha dado grandes resultados. “Este tipo de políticas puede contener transitoriamente la inflación de un grupo de bienes en el corto plazo, pero pierde efectividad a medida que pasan los meses”, apuntó Ecolatina

Asimismo, la consultora manifestó que el único efecto concreto de un congelamiento sería el de postergar subas “inevitables” y perjudicar la rentabilidad de las empresas.  Según estimaron, si el programa de la Secretaría de Comercio Interior es efectivo, la suba de precios de consumo masivo sería alrededor de 35% en 2021, ubicándose muy por debajo de sus proyecciones de inflación general para el año, cercanas al 50%. 

“De esta manera, el atraso acumulado desde marzo de 2020, como consecuencia del programa de Precios Máximos y de este nuevo congelamiento, rondaría casi 40 puntos porcentuales en el cierre del 2021”, añadieron. 

En tanto, LCG destacó que resulta esperable una menor desaceleración en los precios hacia 2022 a raíz del ajuste de precios relativos postergados, sobre todo tipo de cambios y tarifas, y al exceso de pesos que circula en la economía. Eso pone en riesgo la pauta oficial de precios para el año próximo (33%), por lo que otra vez las previsiones del Gobierno quedarían descartadas. 

“Para cumplir la meta presupuestada, la inflación mensual debería ubicarse, en promedio, por debajo de la cifra más baja de este año (+2,5%). Si consideramos que a lo largo de 2022 habrá subas de servicios públicos y que el tipo de cambio no operará como ancla como este año, además del salto que implicaría la finalización del acuerdo de precios de consumo masivo en enero, estas proyecciones tienen serios riesgos de no poder cumplirse”, afirmó Ecolatina. 

Al mismo tiempo, precisó la consultora, existen factores adicionales que presionaran al alza los precios. El primero tiene que ver con que la reapertura de paritarias y la aceleración de la emisión monetaria en la segunda mitad del 2021 también contribuirían a dificultar la meta. Por último, “la inflación internacional se encuentra al alza (en Brasil ya superó el 10%, mientras que en Estados Unidos y Europa se ubica en valores inferiores, pero máximos en una década), un factor que tampoco ayuda a la contención de los precios domésticos”, concluyeron.