Y un día Marín Guzmán habló de lo que pasó a lo largo de sus dos años “y pico” de gestión al frente del Ministerio de Economía. En su entrevista en NeuraMedia.com, se encargo de “relatar”, como si fuera un hecho menor, que la vicepresidente y líder de la coalición gobernante, Cristina Fernández de Kirchner, no le atendía el teléfono, o que el Presidente no le hizo caso cuando le planteó un ultimátum. 

Además, trató de “caprichoso” al entonces jefe de la bancada del Frente de Todos, Máximo Kirchner, y apuntó a la vicepresidenta por darle “ese poder a alguien que no está capacitado para ejercerlo de una forma responsable”. 

Es extraño que no dijera en funciones que los planteos kirchneristas de conseguir refinanciar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a 20 o 40 años eran para nada realistas y le “metían ruido” a las negociaciones, sobre todo, siendo él el ministro de Economía. 

Incluso destacó que Cristina, “en la negociación con los acreedores privados, fue de una ayuda muy importante y decisiva", dijo Guzmán en el programa de Alejandro Fantino. 

Pero “en la negociación con el FMI fue diferente. Donde hay un punto de quiebre en la dinámica de la gestión es unos días antes del acuerdo con FMI. Cuatro días antes del acuerdo se cortan todas las líneas de comunicación conmigo. No me atendía, o el secretario tampoco me atendía, la gente de su entorno con la que venía hablando”, reconoció Guzmán. 

El exministro de Economía pasa por alto que la negociación con los privados, que demoró nueve meses, no generaba ningún tipo de compromiso para el Gobierno argentino con vistas a las elecciones legislativas de noviembre del 2021. 

Por eso él, y todo el gobierno, llevaron adelante una negociación a la inversa de lo que se hace habitualmente, que es primero con “el acreedor privilegiado”, que es el FMI, y luego, a partir de ese marco, llegar a un acuerdo con los privados. 

Eso suponía un plan de ajuste que el kirchnerismo no quería llevar adelante antes de las elecciones. Hubiera sido muy difícil lanzar un “plan platita” en medio del acuerdo con el FMI. 

Es más, luego de la derrota, el kirchnerismo se opuso, como para decir que ellos “no tienen nada que ver”, con este gobierno. 

Acá Guzmán “pasa factura” y deja claro que tanto el Presidente, Alberto Fernández, como la vicepresidenta “conocían absolutamente todos los detalles de los avances de las negociaciones, no solo por teléfono, también en persona". 

Guzmán justifica de su alejamiento del Gobierno diciendo que planteó la necesidad de manejar “un mínimo de instrumentos para gestionar, porque sino la próxima vez no vamos a poder frenar la corrida cambiaria que se va a dar”, y que, además, “quería el control de la política energética”, par abajar los subsidios y desarrollar Vaca Muerta. 

Pasó por alto el haberse quedado en el cargo el 30 de abril del 2021, luego de que pidiera la renuncia de Federico Basualdo a la sub secretaría de Energía eléctrica y este siguiera en el cargo 

Apenas explicó que le planteo a Fernández, hacer esos cambios “esta noche". Y esa noche, de comienzos de julio, “no se pudo”. 

Hay muchas cosas más que pasa por alto Guzmán, como por ejemplo, impulsar un proyecto de Ley de Presupuesto -a todas luces, un dibujo - en solo una semana, generar una “bola de emisión y deuda en pesos”, o el haber tenido una inflación del 36% con una economía cayendo el 10% por la cuarentena aplicada en el 2020. 

Guzmán, como otros integrantes de este gobierno (ya sea en funciones o fuera de ella) habla como “comentarista” de los hechos, y no como responsable de lo que hasta ahora ha sucedido. 

De no ser por un 40% de pobreza, 10% de indigencia, y una economía que no crece desde hace 12 años, sería cómico. Pero no lo es.