Pasó poco más de un mes. El 23 de diciembre, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimaba la segunda cosecha record que dejaría unos US$ 35.000 millones en exportaciones del sector agrícola, que revertiría la pérdida de US$ 20.000 del año pasado, afectada por la sequía.

Sin embargo, las altas temperaturas y la falta de lluvias de mediados de enero podrían generar un fuerte declive en la cosecha de soja de la zona núcleo ya que estas condiciones climáticas "están neutralizando por completo la influencia positiva de 'El Niño'", - abundantes lluvias y temperaturas templadas -  alertó un reciente informe de la propia BCRA.

Para peor, "los pronósticos indican que la falta generalizada de lluvia persistirá durante la primera semana de febrero".

En este sentido, precisó que mientras las temperaturas máximas alcanzan los 38°C, la soja de primera se encuentra en un "momento crítico" en su proceso de definición de rendimiento, con lo cual "si en los próximos 15 días la situación no cambia, lo que actualmente afecta a los suelos de mala calidad se extenderá a los suelos buenos, y la cosecha sufrirá un fuerte declive".

El relevamiento planteó que "en tan sólo siete días, el área con condiciones de cultivo de muy buenas a excelentes disminuyó del 90% al 65%, mientras que el 10% de los lotes se encuentra en condiciones regulares o malas".

Todo esto pone en juego unos US$ 20.000 millones en exportaciones que tendría la soja y sus derivados, aceite, harina, y pellets.

En medio de este panorama, y según reportes de la Secretaría de Agricultura, hacia fines de enero solo había compromisos de venta por 5,1 millones de toneladas comprometidos por parte de los productores de soja y de ese total, apenas 610.000 toneladas, tenían precio fijado, un nivel muy bajo en cuanto a a la fijación de valores.

Los productores esperaban una recuperación en el precio a nivel mundial de la oleaginosa, o un mejor tipo de cambio, factor este último que el ministro de Economía, Luis Caputo, ya se ha encargado de dejar en claro que no sucederá.