Por temor al ejército de trolls o una represalia económica, por convicción o por otros motivos, lo cierto es que el círculo empresario no se anima a criticar en público al gobierno pese a la enorme caída de las ventas y a la recesión incipiente.

El brutal recorte impulsado por Javier Milei tiene sus consecuencias en la caída de las ventas, pero ni los dirigentes del sector del comercio o de la industria atinan a esbozar una mínima objeción a la política oficial.

Sin embargo, hay excepciones. El empresario Javier Madanes Quintanilla, titular de Aluar (la única fábrica de aluminio del país) y de FATE (la principal productora de neumáticos de la Argentina) fue quien al fin se animó a criticar la política oficial.

Durante una charla de una hora en La Fábrica Podcast, un emprendimiento de difusión que llevan adelante un grupo de jóvenes industriales, Madanes Quintanilla se refirió a los comienzos de su familia en el mundo de la industria.

La Fábrica #9 - Javier Madanes (Aluar - Fate)

Relató como se abuelo se inició con una negocio sobre la avenida Corrientes donde vendían pilotines de hule y luego cuando con la Segunda Guerra Mundial ese insumo se convirtió en un elemento estratégico al igual que los neumáticos.

De esa forma, se iniciaron en la construcción de telas de plásticas y más tarde comenzaron con la producción de neumáticos. Después narró como su padre y sus tíos comenzaron con la producción de aluminio para abastecer a la industria automotriz.

Ya puesto a hablar sobre la situación actual, Madanes Quintanilla no tuvo dudas. Dijo que la caída en las ventas ronda el 50 por ciento. Y sostuvo que muchas Pymes decidieron stockearse el año último muy por encima de lo que necesitaban para procesar los productos para cubrirse por lo que venía.

“Ahora se encuentran con un mercado recesivo y stock de insumos muy elevado. Entonces lo que está funcionando es en función de la caja no de un balance económico. Eso es perverso”, aseveró.

-¿Qué mensaje le darías a a tus clientes para aguantar la situación? -, le preguntaron.

-Yo creo que no hay que aguantar. Esto es como tener una situación de defensa frente a un ataque demoledor. Creo hay que atacar. Hay que unirse para ir y reclamar condiciones de competitividad razonables. Y pelear en todos los sectores donde se han generado desbalanceos. Si nos quedamos solamente en una actitud de resistencia nos va a ir muy mal.

“La burguesía argentina era un referente a nivel mundial. La desnacionalización de la economía argentina en las últimas cuatro o cinco décadas ha sido monstruosa, lo cual para mi es un problema. Porque yo respeto muchísimo la inversión extranjera, pero es muy diferente la conversación con un ceo de una compañía multinacional con alguien que tiene una trayectoria de larga data en Argentina y que ha vivido todos sus procesos de cambio. Si sólo fomentamos ese proceso de desnacionalización... es una responsabilidad que al menos yo no quiero asumir”, agregó el empresario

En esa línea, consideró que "le veo muy poco rol a la dirigencia empresarial, prácticamente insignificante, me gustaría asignarle un rol mucho más protagónico. Hay un error en las agrupaciones empresarias que viene de larga data, yo he sido muy crítico, hasta te diría que me cansé de pelear. Son directorios de asiento, ya tienen definido quién va a ir y por cuántos años de su vida va a ir, entonces se transforma más en un geriátrico que en algo pujante. Es peor que la casta, porque la casta por ahí tiene algunas virtudes... esto apunta a que las mismas personas se eternicen. No transmite ningún entusiasmo eso". 

También se refirió ala posición que tomó el gobierno de Javier Milei respecto a China: "Occidente está perdiendo un batalla y hay que ser cuidadosos con las alianzas geopolíticas en un escenario de ese tipo. Me parece que alinearnos absolutamente en determinada dirección... si no consideramos nuestras debilidades y la necesidad de tener un prestamista de última instancia —si es que nos queremos alinear así— estamos cometiendo un acto de suicidio".

"Hoy queremos tomar una distancia con Asia, concretamente con China, y a China le debemos mucho dinero, ¿qué vamos a hacer con eso?. Tenemos inversiones hechas de buena fe por el Gobierno chino, como las represas hidroeléctricas que acumulan un pasivo de entre 3 y 4000 mil millones de dólares, que están al 25 por ciento... ¿qué vamos a hacer con eso? ¿Lo vamos a mandar a costo hundido? ¿vamos a generar un conflicto de largo plazo?", se preguntó.