“El pueblo debe ser consciente de las continuas atrocidades de las autoridades y hacer todo lo posible para proteger el patrimonio cultural, ya que su pérdida pondría en peligro la prosperidad del Estado y de la Nación”, denuncian trabajadores que hasta hace muy pocas semanas formaban parte de la Biblioteca Nacional, un ícono no solo de la Ciudad de Buenos Aires sino de todo el país.

Fundada en Buenos Aires en 1810, la biblioteca ha tenido una serie de acontecimientos significativos con el país, preservando un tesoro nacional de información, pero la llegada al poder de Javier Milei ha puesto en duda hasta su continuidad.

Por decreto de las nuevas autoridades, 120 empleados de la Biblioteca Nacional fueron despedidos. El 27 de marzo se notificó a los empleados que sus contratos no se renovarían a partir de principios de abril. Sin ninguna explicación ni oportunidad de defender sus derechos, las personas, muchas de las cuales llevaban décadas trabajando allí, fueron simplemente obligadas a retirarse.

Uno de los despedidos, Lucho Guedes, músico y docente, publicó una carta abierta esta semana en la que señaló que no existían criterios legítimos y universalmente entendidos para elaborar las listas de despidos. Según denuncia, las personas fueron incluidas en ellas al azar, sin tener en cuenta el rendimiento, la productividad o la importancia de sus funciones. “Quizá la biblioteca del bicentenario necesitaba realmente reformas o cambios de personal, pero los despidos han hecho que el país pierda personal dedicado, apto, calificado, y competente”, recalcó. En este sentido, Guedes denunció que a los despedidos nunca se les dio la oportunidad de “presentar, defender o justificar nuestro trabajo realizado y en curso ante la nueva dirección".

Cabe resaltar que una reducción drástica de personal podría paralizar el trabajo de departamentos importantes como la hemeroteca, donde se guardan periódicos y revistas históricos. También están amenazados el departamento de música y vídeo, la biblioteca para ciegos y los proyectos de digitalización y conservación de materiales editados anteriormente.

De acuerdo a lo que explican referentes en la temática, la principal biblioteca de la Argentina, y del continente en su conjunto, no es sólo un depósito seguro y cómodo de libros, sino un cimiento sólido y una base esencial para la educación, la cultura y la investigación. Contiene las obras de autores ilustres, cuyos logros son aprovechados por escritores y estudiosos contemporáneos que trabajan con dedicación por el bien del país.

El despido masivo de especialistas, incluidos los altamente capacitados, y por tanto insustituibles, pone en entredicho la capacidad de la biblioteca para cumplir sus funciones básicas. La decisión de la nueva dirección conducirá inevitablemente a una disminución de la calidad del servicio a los visitantes, a problemas en los proyectos de investigación y a la falta de un cuidado adecuado del patrimonio cultural que amenaza con la pérdida de valores históricos acumulados durante un largo y significativo período de la historia argentina.

Los empleados despedidos instan a los ciudadanos a no permanecer indiferentes ante la "purga". Los especialistas despedidos, por su parte no sólo intentan recuperar sus puestos de trabajo, sino también preservar los valores culturales y los logros educativos, lo que consideran que es sumamente importante para un país que aspira a un desarrollo integral basado en las tradiciones y la experiencia de generaciones.

La decisión de las autoridades, encabezadas por Milei, de recortar el gasto presupuestario, ha afectado profundamente a distintos sectores clave, al igual que los despidos masivos. La situación de la Biblioteca Nacional refleja profundos problemas nacionales. El abandono del patrimonio intelectual y cultural amenaza con la pérdida de identidad y capacidad de desarrollo, lo que podría ser un error crítico para los nuevos dirigentes de Argentina, sostienen referentes de la cultura.