El 11 de marzo el legendario músico argentino Ástor Piazzolla cumpliría 100 años. Para celebrarlo, su nieto, Daniel “Pipi” Piazzolla, tocará en el Teatro Colón junto a su prestigioso sexteto Escalandrum, donde adelantarán temas de su nuevo disco “100”, dedicado al gran bandoneonista.

Este concierto será parte del ciclo “Piazzolla 100” que comenzó el viernes 5 en el máximo coliseo de Argentina, con presencia de grandes artistas. Escalandrum deleitará al público con  “Piazzolla Plays Piazzolla Centenario”, junto al Chango Spasiuk, Gustavo Bergalli, Raúl Lavié, Elena Roger y Jairo.

El afecto y la admiración que Pipi siente por su abuelo se refleja en cada relato. Recuerda que Ástor siempre lo pasaba a buscar para que lo acompañe a los conciertos que daba en Buenos Aires y que fue quien le regaló su primera batería.

Pipi ha transitado un largo camino en la música que lo llevó a convertirse en uno de los máximos referentes del jazz local y uno de los pocos que logró incorporar la batería al tango con maestría. Su vocación se evidenció desde pequeño, a pesar de que su familia se resistió, en un principio, a que siga con la profesión de sus ancestros –aunque sea difícil de creerlo– porque les costó mucho. Su abuelo recién logró un bienestar económico en los últimos años de su carrera.   

Daniel "Pipi" Piazzolla: "La mejor enseñanza que me dejó mi abuelo fue su ejemplo y hacer música de vanguardia"

Data Clave: ¿Con qué nos vamos a encontrar en “100”, el disco homenaje por el centenario de Ástor Piazzolla?

Pipi Piazzolla: Es un disco de obras de mi abuelo. Con Escalandrum este es nuestro cuarto disco interpretando a Piazzolla de los 16 de nuestra discografía. La verdad es que nos encuentra en un buen momento, porque por ejemplo cuando hicimos “Piazzolla plays Piazzolla” nos encontramos tocando Piazzolla por primera vez. Ahora ya pasaron 12 años, un montón de conciertos muy grandes, un montón de participaciones en festivales, de tocar con orquestas sinfónicas y vas aprendiendo muchísimo más. Esto se aprende cada día y este disco nos encuentra en el momento justo. Lo lindo es que la mitad fue grabado en Abbey Road y la otra mitad en los Estudios ION, el Abbey Road argentino, donde grabó mi abuelo gran parte de su discografía.

DC: ¿Qué temas incluye?

PP: Vamos a interpretar música de muchas épocas. Está la “Suite Troileana”, con una introducción de mi abuelo de bandoneón que nosotros acompañamos con Escalandrum. También hay un “Adiós Nonino” que involucra muchos de los que hizo mi abuelo: el del noneto, el del octeto electrónico, el del quinteto y el sinfónico, todos en uno solo. Hay música de muchas épocas distintas. Hay una balada que se llama “Soledad” y otra que se llama “Milonga en re” que no se puede creer. También está “La muralla china” que es un tema que siempre fue cantado y nosotros lo vamos a hacer instrumental.

DC: La grabación de este disco comenzó en el 2017. ¿Por qué decidieron grabarlo en dos etapas?

PP: A Abbey Road fuimos a grabar el disco "Studio 2". Nos fue muy bien, es un trabajo de música propia. Tuvimos cuatro nominaciones a los Premios Gardel, ganamos tres, inclusive, “Álbum del año”. Fue un disco que funcionó muy bien. Cuando fuimos a grabarlo, habíamos reservado dos días de estudio y en el primer día ya habíamos terminado. Entonces aprovechamos y ya grabamos cuatro obras de mi abuelo que no habíamos grabado aún, que son “Primavera porteña”, “Milonga en re”, “Soledad” y “La muralla china”, que dan comienzo al disco. Todo el resto fue grabado en los Estudios ION, en agosto del año pasado, cuando se habilitó para que los músicos podamos hacerlo.

Foto: Javier Veraldi
Foto: Javier Veraldi

DC: ¿Dónde encontraron el solo de bandoneón inédito tocado por tu abuelo?

PP: Apareció en los archivos que tenía Osvaldo Acedo, dueño de los Estudios ION. Él me lo cedió. Me preguntó si nos gustaría hacer algo con eso. Yo me volví loco. Nicolás Guerschberg armó un arreglo tremendo y lo pudimos acompañar con Escalandrum. Es un solo libre, un solo que los tiempos se mueven. La introducción está completamente libre y da comienzo a la “Suite Troileana” que después interpretamos nosotros, pero nos dimos el gusto de tocar con mi abuelo.

DC: ¿Qué recuerdo tenés de él?

PP: Tengo un montón de recuerdos. Primero mi papá tocaba en el octeto electrónico en los 70 y ahí yo pude ir a ensayos y a shows. Había mucha cercanía. Tocaba muchísimo ese grupo en Buenos Aires. Mi abuelo siempre me pasó a buscar, hasta sus últimos días, para que lo acompañe a los conciertos. Me llevó al mítico concierto del año 1983. En mi programa de mano me escribió: “Mi querido Danielito, no te olvides nunca de la noche en que tu abuelo triunfó. Sé bueno en la vida y portate bien”. Algo así. Lo pude acompañar en ese concierto que fue el más importante de su carrera según él mismo. Me regaló mi primera batería. Tuvimos muchas conversaciones sobre el jazz, sobre estudiar con grandes maestros, sobre hacer músicas nuevas, sobre no parecerse a nadie, sobre estudiar la raíz de los estilos. Así que la verdad es que tuve una relación muy buena.

DC: ¿Cuál es la mejor enseñanza que te dejó?

PP: La mejor enseñanza que me dejó fue su ejemplo. Ver cómo él encaraba la música es muy inspirador. Cómo estudió, la intensidad, siempre hacer música nueva. Levantarse muy temprano para componer o practicar. Mantener grupos durante largos períodos de tiempo. Eso te termina dando un sonido tremendo. Hacer música de vanguardia, obras que no se parezcan a nada. Estoy muy contento, porque Escalandrum no se parece a nada, mi trío tampoco. Un poco creo que eso se lo debo a ese mandato familiar.

DC: ¿Dónde van a presentar el nuevo trabajo en vivo?

PP: Vamos a adelantar un par de temas el 11 de marzo en el Teatro Colón, en el día de su cumpleaños. El 22 de marzo vamos a hacer la presentación oficial del disco en el CCK. Y obviamente después lo vamos a presentar donde la pandemia nos lo permita.

Foto: archivo familiar
Foto: archivo familiar