Tras un control sobre una importación particular, la Aduana secuestró 17,4 kilos de hachís proveniente de Estados Unidos en lo que se convirtió en el primer cargamento de esa droga que ingresa en el país. Se estima que su valor asciende a 21 mil dólares.

Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP llevaron a cabo un procedimiento en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a raíz de sospechas de presencia de  estupefacientes en un paquete que había ingresado al país vía el régimen de courier.

La pieza inspeccionada era una aspiradora centrífuga, en cuyo interior resultó estar oculta la droga, informó el organismo. Interviene el Juzgado Nacional en lo Penal Económico N° 4, a cargo de Alejandro Catania, quien investiga el caso y el destino de la sustancia.

Las autoridades destacaron que el hachís tiene efectos psicotrópicos similares a los producidos por la marihuana, generando euforia, satisfacción y también alteraciones cognitivas que afectan el sistema nervioso central. 

Históricamente, la sustancia sólo era consumida en Marruecos, pero la globalización hizo que desde 2010 se expandiera y ganara territorio, primero, por Europa y, desde hace dos años, se empezó a observar también en Sudamérica.

En efecto, el hachís es la resina concentrada del cannabis, en bruto o purificada. Se obtiene extrayendo aquélla de las flores de cannabis a través de diversos métodos y luego prensándola hasta conseguir una masa con textura similar a la cera. 

Es generalmente marrón, pero también puede ser verde, amarillenta o rojiza, dependiendo tanto de la variedad de cannabis de la cual se obtiene, como de las técnicas de producción y de la pureza de la resina. Además de cannabinoides, el hachís también contiene pequeñas cantidades de material vegetal y terpenos que le dan un sabor distintivo.

Para producir hachís es preciso separar la resina de las hojas secando y enfriando la planta. Después de eso, la planta se filtra. Los pequeños granos de resina caen a través del tamiz, proceso que puede repetirse varias veces.

 A continuación se tritura hasta formar un polvo, a mano o con la ayuda de una prensa. El aceite que sale hace que el polvo se pegue y luego se moldea en forma de bloque.

El hachís se consume de muchas maneras, en forma de tabaco o con vaporizadores para inhalar. También se puede ingerir a través de alimentos, usándolo como condimento en pasteles, galletas y otros productos horneados.