Las grandes y pequeñas empresas de los Estados Unidos dan la pelea interna en el mercado laboral para contratar trabajadores y recuperar la mano de obra que perdieron por la pandemia del coronavirus.

La tasa de actividad de la nación norteamericana pasó del 63,3% al 61,6% como consecuencia de la pandemia. En ese porcentaje cuentan las personas que trabajan como las que están buscando un empleo. Las problemáticas son varias, pero una de las centrales serían los salarios bajos.

“No los estoy criticando, realmente lo digo en serio. Me preguntan, ‘Bueno, ¿sabés qué? Los empleadores no encuentran trabajadores’. “Yo les dije, ‘Págales más’”, afirmó hace poco Joe Biden en un discurso en la Clasa Blanca por la crisis laboral. “Esto ahora es una moneda de cambio para los empleados”, agregó.

Las declaraciones de Biden generaron impacto en los Estados Unidos, pero también hubo repercusiones a nivel mundial. En Argentina, el propio gobierno de Alberto Fernández reivindicó estas declaraciones. Incluso bautizaron al mandatario norteamericano como "Juan Domingo Biden", haciendo una analogía con la doctrina de Perón.

La búsqueda laboral se da tras el avance de la campaña de vacunación y las aperturas de varios sectores turísticos y gastronómicos. Además, en septiembre, las ayudas por desempleo más generosas que se pusieron en marcha no se tradujeron en una precipitación hacia el empleo.

"Hay muchos empleadores que tratan de reclutar al mismo tiempo", manifestó a APF Aaron Sojourner, economista de la Universidad de Minnesota.

Para Maryclaire Hammond, responsable de recursos humanos de la empresa de logística GXO, que busca reclutar 9.000 personas para la temporada navideña en Estados Unidos, "hay una fuerte competición a todos los niveles, una guerra absoluta".

En algunas regiones de Estados Unidos, ha aumentado su salario mínimo de 3 a 5 dólares en los últimos ocho días, ofrece primas de contratación así como un conjunto de prestaciones (seguros de salud, cotización al sistema de pensiones, asume los gastos de universidad).

Algunos desempleados tienen todavía problemas para conseguir una entrevista o dudan de la voluntad real de las empresas para hacer esfuerzos. "Los empleadores podrían gastar más dinero para atraer candidatos y mejorar las condiciones de trabajo. Los que lo hacen encuentran más fácilmente", asegura otro empresario estadounidense.