Dentro de las variables de la política económica, un aspecto central es la ejecución del gasto público de la Administración Pública Nacional. Pese a que, el porcentaje de ejecución actual hoy no es una variable muy relevante: el gasto autorizado vigente se elabora en base al gasto que la administración tiene permitido y el gasto ejecutado. Ocurre que el gasto permitido, al no haberse votado la Ley de presupuesto para este 2022, es el que regía durante el año pasado. En el transcurso de abril tendrán que incorporarse las pautas presupuestarias que reflejen el acuerdo con el FMI.

Dado que dicho porcentaje en sí no tiene demasiada relevancia, conviene concentrarse en la comparación con el mismo período del año pasado. En el Informe de Ejecución del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), se realiza esta comparación tomando como referencia el mismo período del año anterior (de enero a marzo del 2021) en distintas partidas presupuestarias.

A nivel general, el crédito vigente (representa el gasto autorizado) es de 10.776.605 millones de pesos y el gasto devengado (el gasto ejecutado hasta el momento) ronda los 3.084.917 millones de pesos, con un promedio de ejecución del 28,6%. Los créditos vigentes más altos corresponden al Ministerio del Interior (87,4%), Ministerio de Desarrollo Productivo (86,9%) y Ministerio de Cultura (82,3%). El mayor porcentaje de ejecución lo tiene la jurisdicción del Ministerio de las Mujeres (55,2%), al que le sigue el Ministerio de Turismo y Deportes (39,1%). En retrospectiva, enero del 2022 refleja una variación interanual del 88% con respecto a enero del 2021. En febrero la variación interanual es del 79%. A pesar de que en el mes de Marzo el gasto creció menos (76%) que en los dos meses anteriores, contabilizando los primeros tres meses de 2022, el gasto devengado es un 80% superior a lo gastado en el mismo período del año pasado. Valores muy por encima de la inflación y de la recaudación.

En el plano de la política social, los servicios sociales representan un 65% del gasto devengado durante lo que va del 2022. La seguridad social es el componente más significativo dentro del rubro y alcanza un 45,2% del gasto total ejecutado. Al observar el gasto por proyecto, el principal gasto está representado por las prestaciones previsionales (45,3%), seguidas por las asignaciones familiares (5,4%) y las universidades nacionales (4,9%) con un porcentaje de ejecución del 42,9% y del 31,2% respectivamente.

El programa de la Tarjeta Alimentar tiene un gasto ejecutado hasta marzo 2022, un 101% superior al de los primeros tres meses de 2021. Una característica a destacar de este programa es que alcanza a 3.300.000 beneficiarios (2,4 millones de familias) de los cuales el 94% son mujeres. En cuanto al programa “Potenciar Trabajo” (el 64% son mujeres) hay un gasto ejecutado hasta marzo 2022 del 175% superior al de los primeros tres meses de 2021.

Con respecto a la ejecución en subsidios energéticos, representan un 10,3% del gasto total en los primeros tres meses de 2022. La mayor asignación de recursos dentro de los subsidios energéticos la tiene CAMMESA (62,8%). Por su parte, CAMMESA también concentra el mayor porcentaje del gasto durante 2022 (84,9%). La ejecución alcanza el 28,2%, en línea con el promedio total. En estos primeros tres meses, los subsidios energéticos alcanzaron los $312.379 millones, lo que implica un incremento del 183,3% respecto del mismo período del año pasado, siendo este porcentaje muy superior al crecimiento de la recaudación y de la inflación.

En cuanto a las partidas con perspectiva de género, existen 49 actividades identificadas como “Partidas con perspectiva de género” (PPG) por un total de 1.670.030 millones de pesos. Al mes de marzo, la ejecución alcanzó el 32% (539.660 millones). El presupuesto con etiqueta PPG se concentra en la ANSES (85% del crédito vigente y 83% del devengado). Dentro de las partidas ejecutadas, el 17,6% del monto tuvo un impacto positivo en la reducción de brechas de género y destacan la ejecución de Prevención del Embarazo Adolescente (100%), Programa Acompañar (67%) y Acciones para la Identidad de Género (66%).

A nivel de las provincias, el mayor nivel de ejecución se encuentra en  Neuquén (35%), Buenos Aires (33,8%) y Santa Fe (33%). Como tradición, la Ciudad de Buenos Aires tiene el mayor porcentaje de crédito asignado (29,4% del total). En subsidios al transporte se destinaron $23.563 millones a las provincias , un 58,7% más que el 2021. Las transferencias hasta marzo, crecieron un 65% respecto al año pasado.

Con respecto al resultado fiscal, la situación es más endeble, puesto que se ha empezado el 2022 con más déficit que en 2021. Sin embargo, se debe terminar con menor déficit que el año pasado para cumplir la meta acordada con el FMI  (déficit de 2,5% del PBI). Esta meta se vuelve cada vez más controversial dado que al mes de febrero, el resultado fiscal primario acumulado es de -94.982 millones contra los +5.317 millones del primer bimestre de 2021.

Por último, vale tener en cuenta las modificaciones presupuestarias. Estas ocurrieron en principio frente a la imposibilidad de tener un presupuesto actualizado. La partida que más fondos recibió son los Intereses en Moneda Extranjera (por la reducción de la partida de los Intereses en Moneda Nacional). El crédito total sólo se modificó en 7.888 millones de pesos respecto del año pasado. A partir de abril, probablemente haya readecuaciones presupuestarias más significativas.

En síntesis, el gasto total creció un 79% los primeros tres meses del año. Dentro de la política social, en la Tarjeta Alimentar el gasto se incrementó un 101% y un 175% en el Potenciar Trabajo. Para los subsidios energéticos fue un 183%. El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad lleva el nivel más alto de ejecución (55,2%) y el Ministerio del Interior el más bajo (12,6%). Los programas discontinuados entre un año y otro (la Resolución 46/17 para el caso de Energía, por ejemplo) dieron margen para reasignar partidas los primeros meses.

Sin embargo, según lo observado el gobierno está gastando bastante más que el año pasado, suceso que no se está comunicando demasiado. De hecho, el porcentaje de gasto supera ampliamente a la inflación y a la recaudación.

En resumen, el gobierno parece estar siendo bastante más expansivo con el gasto que lo que muestra. Resulta llamativo, en la medida que constantemente se le están reclamando mayores esfuerzos y no hace bandera de estas medidas. La necesidad de mostrarse acotado a las metas previstas en el acuerdo del FMI le juegan en contra pero eso también le juega en contra en la propia interna. Llevar adelante una política económica que no se puede “cobrar” en términos electorales hace pensar que la política también tiene que repensarse.