El radicalismo vivió el pasado domingo una jornada de peso que, sin duda, marcará no solo el destino del partido puertas adentro sino también en su relación con el PRO.

Pese a que el oficialismo mostró su poder al quedarse con 18 de los 31 municipios que debieron elegir autoridades, y le permitió al presidente del comité provincial Maxi Abad revalidar su precandidatura a gobernador bonaerense, la foto del triunfo se opacó debido a una situación confusa que se vivió en La Plata.

Al igual que pasó con otros distritos de peso, como Lomas de Zamora y La Matanza, la línea interna de Evolución, que tiene al senador Martín Lousteau como principal referente, logró quedarse con la victoria en La Plata. Sin embargo, este triunfo no pasó desapercibido y provocó un sismo en el radicalismo local que tuvo una réplica inmediata con los socios del partido amarillo.

Sucede que el presidente electo, Pablo Nicoletti, no solo logró imponerse ante su rival, Sergio Panella. Desde el sector vencedor del radicalismo aseguran que el intendente PRO, Julio Garro, se movilizó en favor del perdedor provocando una clara intromisión en la elección partidaria de los socios de Juntos. Por lo que se trató de un triunfo mayor.

“Fue tan público y notorio que lo vio toda la gente que fue a votar. Desde primeras horas se instalaron, incluso con mesitas y sombrillas, personas vinculadas con la estructura municipal o punteros peronistas también ligados al intendente Julio Garro. Tenían padrones, mandaban remises a buscar gente, se trató de una clarísima intromisión extrapartidaria en una elección de autoridades partidarias”, expresó el histórico dirigente Federico Storani.

La bronca del radicalismo tiene una explicación clara. La denuncia interna que se hace puertas adentro es que entre el PRO y el sector del oficialismo provincial que conduce Maxi Abad “hay un claro acuerdo que deja a un partido centenario como la UCR en un segundo plano”, le dice a este medio un dirigente local.

En otras palabras, sostiene que el lanzamiento del diputado bonaerense responde solo a un pacto con el partido amarillo. “Le estamos entregando la Provincia al PRO y nadie dice nada”, agrega.

Como muestra de la bronca por lo sucedido, los tres concejales de la UCR de la línea de Nicoletti no bajaron al HCD en una sesión clave y forzaron al resto de Juntos a pactar algunas coincidencias con el Frente de Todos para que el Presupuesto comunal pueda avanzar. El golpe fue duro. Y pese a que desde el ahora oficialismo municipal intentaron bajarle el tenor al asegurar que las críticas no eran dirigidas a Garro sino a los concejales del PRO, Darío Ganduglia y Lucas Lascours, la interna ya está lanzada.

A tal punto que Storani redobló la apuesta y pidió por Gustavo Posse como gobernador y dejó en claro que por estos días “hay límites muy marcados” con el PRO.

En diálogo con Data Clave, el concejal Diego Rovella, uno de los tres del oficialismo comunal, sostuvo que “el intendente puede tener simpatía por otro sector, pero tiene que ser prolijo. El año que viene va a ser un año complicado para todos y no tenemos que meternos solos en estos conflictos”.