Julio Alak fue proclamado en las últimas horas como intendente de La Plata luego de una reñida elección que, pese al fallo de la Junta Electoral bonaerense, que decidió desestimar el pedido de Juntos por el Cambio de abrir 1574 urnas, todavía parece tener un final abierto. Sucede que el jefe comunal saliente Julio Garro ya avisó que apelará lo resuelto.

El actual ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires volverá a ponerse al frente del distrito capital por cuarta vez, luego de no poder reelegir en 2007, tras 16 años como intendente. Será el regreso de un intendente chapado a la antigua que convivió con varios de los principales barones del Gran Buenos Aires y que supo hacer del equilibrio político la mejor acción para mantenerse siempre en línea.

Su llegada al sillón municipal no es solo un arrebato individual. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, tiene mucho que ver. Luego de elegirlo para ocupar un lugar en su gabinete, fue el propio mandatario quien, palabras más, palabras menos, le dijo “Turco, tenés que volver a ser intendente de La Plata”. En otras palabras, lo mandó a caminar la Ciudad.

Alak nunca ocultó su deseo de regresar ya que nunca quiso partir. Su salida se dio luego de algo que hacia adentro todavía recuerdan como una traición de parte de Pablo Bruera, quien le ganó las elecciones del 2007 y con quien llevaba adelante una manifiesta guerra interna.

Para volver Alak puso en marcha un plan de militancia para el que el gobernador también bajó línea y llamó a acompañar. Con el "Plan Estratégico La Plata 2030" inició un camino de hormiga para llegar, puerta a puerta, a todos los vecinos y mostrarles que otra ciudad era posible.

Tenía claro que tendría oposición interna, pero con la venia de Kicillof sería todo un poco más fácil. El peronismo venía de vivir en 2019 una fuerte interna entre varios candidatos que se profundizó cuando por la poca la diferencia a favor que tuvo la camporista Florencia Saintout sobre la actual ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. Alak tenía en claro el panorama y sumó territorial, acomodó parte del peronismo y se sometió a una interna en la que fue claro ganador.

El propio gobernador se había metido en la previa de las PASO y tomado posición. “Esta ciudad no puede estar aislada, me siento un platense por adopción y La Plata se tiene que poner al frente, se tiene que convertir como ya lo hizo con Julio (Alak) en un motor productivo e industrial de nuestra Provincia”, manifestó en su momento.

Vale recordar que el inicio de la campaña se dio en el camping de UPCN en Ensenada. En aquella oportunidad, Alak llegó a bordo del famoso Renault Clío de Carli Bianco con el que el gobernador recorrió toda la Provincia en la previa de 2019. Fue una muestra cabal de su apoyo.

Con su llegada al municipio, Kicillof consiguió un respaldo clave para recuperar el poder central de la Provincia a través del distrito clave desde el cual salen todas las directrices rumbo al resto de los municipios. Un partido con movimiento propio, el segundo más poblado detrás de La Matanza. La llave para poder extender su dominio territorial.