Ante la ola de frío que se registró en los últimos días en el país, el gobierno del presidente Javier Milei no puede asegurar la provisión de gas. Mientras se interrumpe el suministro en empresas y estaciones de servicio, las respuestas oficiales fueron escasas ante las complicaciones en el pago que dificultaron la descarga de GNL de un barco perteneciente a la firma Petrobras que se encuentra amarrado en una zona portuaria de la localidad bonaerense de Escobar. En este contexto, exfuncionarios de la gestión del presidente Alberto Fernández y actuales los responsables del Ejecutivo en materia energética intercambian acusaciones en medio de la escasez de un componente vital para asegurar el funcionamiento de la industria y la calefacción de los hogares.

El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo negó que el gobierno libertario tenga responsabilidades en la crisis actual. “En el Gobierno anterior se negoció una reducción del gas importado justo para el invierno de este año. A fin de resolver esta situación nosotros, acordamos con la brasileña Petrobras una asistencia para agosto y septiembre, y así cubrir esa reducción de volúmenes de gas, sostuvo Rodríguez Chirillo, en un mensaje publicado en su cuenta de la red social X.

El funcionario sostuvo además que el Gobierno debió “asumir una deuda que dejó el Gobierno anterior con Bolivia por US$ 244 millones por la importación de gas. Los intereses le costaron US$ 21,8 millones a todos los argentinos”.

Además sostuvo que Argentina atraviesa “el otoño más frío desde 1980, no pronosticado y con fuerte demanda de gas”.

Esto se suma “a situaciones excepcionales como la limitación de importación de energía de Brasil”, algo que obligó a “la incorporación de volúmenes de GNL, a precio de mercado, programados para más adelante”.

Y en ese sentido, remarcó: “Es un despropósito afirmar que sea responsabilidad de este Gobierno no contar con la capacidad plena del GPNK (el Gasoducto Néstor Kirchner)”.

La obra del primer tramo del GPNK y las plantas compresoras Tratayén y Salliqueló debieron haber finalizado en septiembre de 2023″, remarcó Rodríguez Chirillo.

El secretario aseguró que la actual gestión regularizó pagos “por más de $30.000 millones y destinó recursos por otros $47.000 millones en la fase de terminación, debido al retraso heredado”.

Por su parte, la exsubsecretaria de Planificación Energética, Cecilia Garibotti, lamentó que los actuales funcionarios “le echen la cumpla a los gobiernos anteriores” por la falta de gas.

El sistema de gas tiene un problema que tiene que comunicar la secretaría de energía para que se empiece a ahorrar. Nosotros usamos gas para la energía también, el problema es que el gas está en el subsuelo y nosotros no tenemos infraestructura para sacarlo”, sostuvo Garibotti en declaraciones a Radio Delta.

La exfuncionaria del Gobierno del Frente de Todos consideró que “este año la Secretaría de energía eligió no hacer las obras ni hacer su rol de coordinador recién estas semanas se está llamando a un comité para resolver estas cuestiones”.

“No se puede esperar al último día para exportar gas. Se necesita un barco que esté cerca de Buenos Aires y que pueda venir a uno de nuestros puertos. Hicieron todo más ineficiente y costoso, por no querer hacer las obras ni programar las exportaciones. Tendrían que hacer una campaña para concientizar a la gente del uso del gas, no tomar decisiones en estas condiciones, es muy costoso”, subrayó.

Según publicó el portal especializado Econojournal, la crisis se agudizó en las últimas horas porque la empresa brasilera Petrobras se negó a aceptar la carta de crédito emitida por ENARSA para el pago del cargamento que fue comprado en forma urgente durante el fin de semana.

El monto asciende a US$22 millones y se estima que el pago debiera quedar saldado en breve, pero las dependencias oficiales a cargo de la operación evitan dar detalles.

La situación es crítica porque además se sumaron problemas en plantas de compresoras de la empresa Transportadora Gas del Norte, que le restó volumen a la red de distribución.

Las estaciones de servicio de todo el país no cuentan con fluido para despachar y además se avanzó en el corte de suministro a grandes empresas.