El PJ nacional se dio cita este viernes por la mañana en el microestadio de Ferro Carril Oeste para comenzar a transitar el camino de la reorganización. El cónclave aglutinó las diferentes vertientes que tiene el peronismo hoy con el fin de poder aunar posiciones y plantarse como una oposición concreta al gobierno nacional.

El congreso partidario se inició con el pedido de licencia del actual titular del Partido Justicialista, Alberto Fernández. El expresidente de la Nación se corre a un costado para facilitar la reconstrucción interna a través de las diferentes corrientes que hoy se referencian en el peronismo.

Tras el paso al costado la titularidad del PJ, la conducción recae ahora en los cinco vicepresidentes del partido, ya que no se pudo llegar a un acuerdo en un nombre.

En base al estatuto del espacio, serán Cristina Álvarez Rodríguez, Axel Kicillof, Analía Rach Quiroga, Juan Manzur y Lucía Corpacci que asumieron la responsabilidad de la conducción provisoria, luego de que la mesa directiva aceptara el pedido de licencia del exmandatario.

Los 466 congresales presentes dieron el quorum necesario en el segundo llamado para el inicio de la sesión ordinaria del Congreso Nacional que tiene lugar en el estadio de Ferrocarril Oeste del barrio porteño de Caballito. 

El encuentro sirvió como catarsis de la derrota electoral de 2023 y también para apuntar contra un sector: La Campora. Un grupo de dirigentes fueron los que encabezaron los enojos, puntualmente, el senador provincial, Sergio Berni, el ex gobernador bonaerense, Felipe Solá y el intendente de Esteban Etcheverría, Fernando Gray.

Gray señaló que en el partido hubo dos grandes “dirigentes” como fueron Nestor Kirchner y Cristina Kirchner pero que se terminó “la lapicera” porque la elección no la perdió ni “Eva ni Perón” sino una dirigencia que decidió todo “sin escuchar a nadie”. 

X de Fernando Gray

Los referentes criticaron la ausencia de algunas figuras, como el presidente del PJ provincial Máximo Kirchner y que no se haya definido la renuncia de Fernández y convocado inmediatamente a elecciones. 

“Es necesario prepararnos para recuperar la conducción del Estado nacional, fortaleciendo nuestros bloques parlamentarios en las elecciones de medio término del año próximo y triunfar en las siguientes elecciones provinciales y nacionales", afirmaron en el documento final del Congreso.

“El gobierno actual ha desatado una batería de medidas brutales que golpean sin piedad a la mayoría de nuestro Pueblo”, agregó el comunicado con críticas al “derrumbe de la actividad económica”, el ataque a las provincias, la entrega de los recursos nacionales, el “favorecimiento” a las potencias y los capitales extranjeros. 

La convocatoria de la Asamblea fue comunicada semanas atrás por el presidente del Congreso del Partido, el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, bajo un marco que, a través de un comunicado, se presentó como “un escenario de gravedad social e institucional”. Es por esto que a la cita también fueron invitados “todos aquellos y aquellas que se sienten parte del movimiento nacional y popular”.

La intención era poder confluir para, desde ahí, lograr un frente que contenga a todas las representaciones. Sin embargo, no todos se mostraron de acuerdo. Hay quienes consideran que una apertura podría ser perjudicial para el partido que, hoy por hoy, atraviesa una crisis interna que quedó expuesta en el resultado de las elecciones presidenciales cuando Javier Milei logró imponerse en gran parte de las provincias.

La idea que se concretó fue la de conformar una Comisión de Acción Política (CAP) que asumirá la conducción del partido. Como ya contó este medio, el expresidente de la Nación ya había comunicado su deseo de dar un paso al costado. La idea era hacerlo en un momento que se considerara pertinente. Sin embargo, los tiempos se aceleraron. 

La discusión por delante no resulta fácil. Hay dirigentes que hoy forman parte de Unión por la Patria, como los intendentes de Avellaneda y Esteban Echeverría, Jorge Ferraresi y Fernando Gray, respectivamente, que buscan reordenar el movimiento y bajarle el precio a La Cámpora. No están solos. Hay mandatarios provinciales en la misma línea, como Martín Llaryora (Córdoba), y dirigentes como Miguel Ángel Pichetto o Juan Manuel Urtubey que hasta lo ponen como condición.