La curva ascendente de contagios impide avanzar en la vuelta de las sesiones tal y cual las conocimos antes del 19 de marzo. La Cámara de Diputados debe renovar por tercera vez el sistema de sesiones virtuales que introdujo por acuerdo el presidente Sergio Massa en el inicio de la pandemia.

Ese acuerdo hoy es incierto, sin haber iniciado las conversaciones aún entre los bloques, el protocolo vence este mismo viernes. Por eso el oficialismo metió la mayor cantidad de proyectos posibles en la última sesión, lo que demandó largas horas de debate. De esa manera, despejó por unas semanas la necesidad de ir al recinto. 

Juntos por el Cambio mantuvo siempre un ala dura muy crítica al sistema actual de sesiones, el más efusivo en esa postura es el diputado Fernando Iglesias (CABA), pero no el único. "Esta es la última vez que voy al recinto, no podemos seguir con este sistema", dijo a Data Clave antes de la última sesión un diputado de los que suele ir presencial por JxC.

Otro sector de Cambiemos más abierto al diálogo en las reuniones de Labor Parlamentaria, lugar donde se cocina la renovación del sistema, sostuvo los consensos en el armado de los temarios y concedió las renovaciones a cambio de confeccionar listas con proyectos sin disidencias para tratar en las sesiones. 

Sin embargo, al interbloque que preside Mario Negri (Córdoba) se le presenta la oportunidad de bloquear una discusión puntual que lo desvela, la reforma judicial. Ahora, al interior del bloque, la postura es generalizada, pues si se habilita el debate, el oficialismo podría conseguir los votos en otras bancadas. "Lo último que hablamos fue no prorrogar. Al menos no mientras no quede claro que la voluntad del oficialismo sea tratar temas consensuados", dijo un diputado que participó de la última reunión interna del bloque.

La oposición tiene un punto que no ha encontrado solución en las votaciones realizadas con sistema remoto hasta ahora. ¿Qué pasa en el caso de una decisión ajustada de 1 0 2 votos de diferencia? El sistema siempre ha tenido algún diputado con problemas de conexión o que se retira del recinto y deja su perfil conectado. En un proyecto polémico, generaría controversia. 

Otro proyecto que entra en la nebulosa del protocolo es el impuesto a las riquezas. El oficialismo venía asegurando en diversas manifestaciones públicas que en esta fecha iba a ingresar a Diputados, coincidiendo con el fin de las negociaciones de la deuda. Los amagues con este tema son varios, para este último aviso, una vez más los plazos están vencidos.

En el oficialismo reina la incertidumbre, saben que la oposición no quiere que ninguno de esos proyectos se trate con diputados a distancia pero con el aumento de casos no queda alternativa posible. “Si aceptamos, no vamos a poder tratar nada que implique discusión”, se resignan.

Entre los trabajadores involucrados a la sesión también hay enojo. "Cambiemos quiere hacer las sesiones presencial y no entienden que no se puede", dijo a Data Clave un empleado. "La distancia social dentro del recinto no existe, ya con eso es imposible", agregó. Muchos de ellos, al igual que varios diputados, integran el sector de la población considerados de riesgo.

Está claro que si no se resuelve la continuidad del sistema de sesiones mediante videoconferencia, la posibilidad de seguir votando leyes se vuelve poco probable. La clave volverá a estar en el armado de una lista de temas a tratar que no implique rispideces.