Antes de que arranque el mega fin de semana, el gobierno hizo oficial la candidatura de sus “dos pollos” a integrar la Corte Suprema. El trámite que involucra al juez federal Ariel Lijo (por la jubilada Elena Highton de Nolasco) y al abogado Manuel Javier García-Mansilla (por Juan Carlos Maqueda, que cumplirá 75 años el 29 de diciembre) ya pasó por la Dirección General de Despacho y Decretos.

Tras esto, ambos deberán iniciar un proceso en el que los pliegos serán analizados por el Poder Legislativo, específicamente por la Cámara de Senadores. Primero, de acuerdo a la normativa, se da un plazo de 15 días para que ciudadanos en general, organizaciones no gubernamentales, colegios y asociaciones profesionales, entidades académicas y de derechos humanos, puedan remitirle al Ministerio de Justicia “las posturas, observaciones y circunstancias que consideren de interés expresar respecto de los incluidos en el proceso de preselección, con declaración jurada respecto de su propia objetividad respecto de los propuestos”

“Sin perjuicio de las presentaciones que se realicen, en el mismo lapso podrá requerirse opinión a organizaciones de relevancia en el ámbito profesional, judicial, académico, social, político y de derechos humanos a los fines de su valoración”, dice el artículo 7 del decreto 222/03 que rige este proceso y que fue modificado por el gobierno para poder tratar ahora la vacante de Maqueda, que técnicamente aún no se ha producido.

Los candidatos tendrán que pasar por la Comisión de Acuerdos, donde se discutirán los apoyos y las objeciones. Si pasan esto, ambos irán al pleno del Senado, donde requieren si o si una mayoría especial. Para llegar a la Corte, Lijo y García Mansilla necesitan los dos tercios de los votos de los senadores presentes, para lo que el gobierno deberá negociar si o si con la oposición.

La polémica de las designaciones por decreto

Diciembre de 2015. Apenas cuatro días después de haber asumido la presidencia, Mauricio Macri dictó el decreto 83/2015, donde designó “en comisión” a los por entonces candidatos Rosenkrantz y Rosatti. La decisión generó malestar incluso dentro de los aliados al PRO y fue rechazada por la oposición. Una semana después, incluso hubo una cautelar que suspendía los efectos del decreto.

Finalmente y tras la polémica, ambos fueron al Senado para cumplir con el trámite constitucional. Rosatti juró como miembro de la Corte el 29 de junio de 2016, tras haber conseguido 60 votos afirmativos. Rosenkrantz lo hizo el 22 de agosto del mismo año, con el apoyo de 58 votos.

Rosatti y Rosenkratz se convirtieron luego en presidentes de la Corte, terminando con lo que fue más de una década de gestión de Lorenzetti. Rosatti fue considerado como Macri como un error y tildado de populista. Tampoco hubo “buena onda” con el gobierno de Alberto Fernández y tampoco la habrá con la gestión mileista: Javier Milei ya se ha enfrentado con el actual presidente, al que considera parte de “la casta”.

La reforma y la llegada de Lorenzetti

El supremo que supo ser presidente de la Corte por 11 años llegó en medio de lo que fue la renovación del Máximo Tribunal llevada adelante por el gobierno de Néstor Kirchner para dejar atrás la Corte de la mayoría automática. En diciembre de 2004, el acuerdo de Lorenzetti fue aprobado por 50 senadores de todas las bancadas y solamente el voto en contra de José Luis Zavalía, de la UCR de Santiago del Estero.

Idoneidad, transparencia, independencia judicial fueron algunas de las frases y lugares comunes que se repitieron durante la votación. La única gran contra que había recibido venía desde dos organizaciones católicas: la Asociación Civil Portal de Belén y Mujeres por la Vida de Córdoba, que lo acusaban de “pro-abortista”, al igual que lo habían hecho con Carmen Argibay y Elena Highton de Nolasco. Las dos organizaciones siguen vigentes e incluso judicializaron la ley de interrupción legal del embarazo.

Ante esos cuestionamientos, Lorenzetti se declaró en 2004 como “claramente a favor de la vida humana”. “La Constitución y todos los tratados internacionales a los que adhirió la Argentina son muy claros al considerar que la vida humana empieza desde la concepción”, dijo el por entonces abogado. Lorenzetti fue después parte de la mayoría que firmó el fallo F.A.L que convalidó la legalidad del aborto por la causal violación. 

Actualmente, el supremo es quien más diálogo tiene con el gobierno libertario. En Tribunales están seguros de que la candidatura de Ariel Lijo vino directamente como sugerencia de Lorenzetti.

Maqueda, el más antiguo

En 1973, un joven y todavía no abogado Juan Carlos Maqueda ingresó al Poder Judicial de Córdoba. En 1977, se recibió en la Universidad Católica de Córdoba bajo la especialización en Derecho Constitucional y Ciencia Política.

A partir de ahí, Maqueda se volcó a la política: fue diputado provincial durante los 80 y luego  diputado nacional entre diciembre de 1991 y julio de 1999. También formó parte de la histórica reforma constitucional: fue convencional constituyente entre mayo y agosto de 1994.

Su recorrido legislativo político lo llevó a ser senador nacional desde diciembre de 2001 a diciembre de 2002 y específicamente presidente provisional del Senado de la Nación entre enero y diciembre de 2002. En ese mes, y a propuesta de Eduardo Duhalde, llegó a la Corte Suprema. De estricto bajo perfil, transitó más de 20 años conformando mayorías y consolidando una postura jurídica ante todo “dialoguista”.

Maqueda cumple 75 años el 29 de diciembre de 2024. Sin una llamada previa, un mensaje, un aviso, el Gobierno lo despidió con un comunicado en redes. En tribunales resaltan que las formas son importantes y que al supremo aún le quedan nueve meses en el máximo tribunal, con varias causas claves para resolver.