La apuesta por Manes nos puede dejar a mitad de camino”. La declaración pertenece a uno de los 32 intendentes bonaerenses que tiene el radicalismo en la Provincia. Un número que, cada vez que puede, la UCR saca a relucir por la diferencia que tiene a favor sobre la cantidad de distritos que gobierna el PRO.

Sin embargo, la referencia al neurocientífico es en relación a un campo en el cual los boina blanca no pueden hacer pie; mientras que los socios de partido amarillo cada vez parecen más consolidados o, al menos, con un amplio abanico de ofertas entre Diego Santilli, Cristian Ritondo, Javier Iguacel y Néstor Grindetti.

Sucede que hoy, hacia adentro del radicalismo, hay preocupación. Son varios los dirigentes provinciales y municipales que se muestran ansiosos en la necesidad de comenzar a jugar en la Provincia con mayor fuerza. La crítica, “constructiva”, aclaran, tiene que ver con la urgencia de imponer “un candidato que nos pueda representar o por lo menos varios nombres para que podamos comenzar a hacer fuerza desde los distritos”, le dice a Data Clave otro jefe comunal de cepa alfonsinista.

Lo cierto es que en la actualidad, y tras la confirmación de que el diputado nacional Facundo Manes competirá internamente por la candidatura presidencial como representante del radicalismo, desde un sector interno consideran que “se perdió la oportunidad de consolidar lo hecho en 2021. Facundo le dio empuje al radicalismo en Buenos Aires. Y sin Buenos Aires, no se gana la Nación”, sostiene la misma fuente.

No es una queja. Todo lo contrario. La candidatura nacional de Manes despierta ilusión. El problema, en concreto, radica en la poca capacidad para generar más candidatos para realmente salir a pelear por la Provincia.

Los dos únicos lanzados en la carrera provincial son el diputado nacional Martín Tetaz, de parte de Evolución; y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. El tercero de la lista es Maximiliano Abad, presidente del comité provincial y diputado bonaerense. Sin embargo, el dirigente trata de no expresarse al respecto. Por lo bajo son varios los que aseguran que la idea de conformar un tándem con Diego Santilli al frente, reeditando la fórmula María Eugenia Vidal-Daniel Salvador, podría ser la manera de realmente salir a disputar la Provincia.

Claro, internamente esto no es bien visto por un sector del radicalismo. Y así lo deja en claro siempre que puede el jefe comunal de San Isidro: “Queremos un radicalismo que sea socio pleno en Juntos por el Cambio, que exija reglas claras, que ponga en agenda las políticas públicas de educación, salud, defensa de la producción y trabajo digno”. Desde Mar del Plata, Posse reforzó la idea de que el radicalismo no puede volver a quedarse afuera de la foto.

Y agregó: “Vamos a trabajar para tener un presidente y un gobernador de la provincia de Buenos Aires radicales. Nuestro plan de gobierno es el de la sociedad. En cada lugar de nuestro país, el radicalismo es el motor de Juntos por el Cambio”.

El problema interno es que más allá del encuentro del fin de semana en La Plata, la distancia interna entre Posse y Abad es grande y se remonta a la pelea del año pasado por la presidencia del comité provincial que, finalmente, quedó en manos del diputado.

Tetaz intenta pararse como una opción con mayor popularidad debido a sus incursiones televisivas y sus constantes juegos publicitarios para lograr llamar un poco más la atención a sus propuestas. Pero los intendentes no acompañan. Ya le dejaron en claro a este medio que no quieren un candidato “marketinero”.

El problema con el que cuenta hoy la UCR es que, de momento, no aparece otra figura que pueda generar lo mismo que pasó con Manes en 2021 cuando muchos afiliados dijeron volver a sentirse con ganas de ir a votar por haber revivido parte de la épica alfonsinista del 83. Algo que, hoy, parece lejano.