Lionel Messi es sin duda uno de los mejores jugadores de fútbol del mundo. El capitán del seleccionado argentino -campeón del mundo en Qatar 2022- conquistó la gloria, pero su verdadera historia comenzó cuando fue diagnosticado con déficit de la hormona del crecimiento, lo que afectaba su crecimiento y desarrollo.

A la edad de once años, Messi medía 1,32 metros, altura correspondiente a un joven dos años menor que él, por lo que inició un tratamiento: "Una vez por noche me iba pinchando la hormona de crecimiento. Iba cambiando de pierna. Primero una, después otra. No me impresionaba, al principio me la ponía mi mamá, mi papá. Cada noche. Hasta que aprendí y lo fui haciendo solo. Era una aguja muy chiquita, te metías y cargabas la cantidad que tenía que pincharme. No, no me dolía, ya era algo rutinario".

La hormona de crecimiento es una de las hormonas producidas por la glándula pituitaria, un órgano que se ubica en el cerebro, y la deficiencia ocurre cuando el niño no genera una cantidad suficiente. La incidencia de esta condición es de menos de 1 en 3000 a 1 en 10,000 niños.

El tratamiento es costoso y muchas familias no logran afrontarlo. Tal fue el caso de Juan se le modificó el nombre para resguardar su identidad-, quien con tan solo 8 años fue diagnosticado al igual que su ídolo.

Sin embargo, su prepaga negó la cobertura total del tratamiento y solamente autorizó el 70% del costo del medicamento inyectable. De este modo, la familia de Juan inició un largo camino judicial. Primero el Juzgado Federal de Victoria, y recientemente la Cámara Federal de Paraná falló a favor del niño entrerriano.

“La conducta de la demandada (prepaga) luce arbitraria en tanto imposibilita el efectivo acceso a la salud del niño y desoye el sistema normativo protectorio que garantiza el cuidado de integral de los menores que padecen la deficiencia de hormona del crecimiento, considerada una enfermedad poco frecuente”, dijeron los jueces.