Este domingo, a los 80 años, falleció Raúl Noro, el esposo de la dirigente social Milagro Sala. Desde hace años estaba enfermo de cáncer, pero hace un mes sufrió una descompesación durante nuevo allanamiento a la casa donde convivía con ella, en el barrio Cuyaya de la ciudad de San Salvador de Jujuy. 

Los amigos de la familia, de la Tupac Amaru y de movimientos sociales lo despidieron con dolor, en mensajes que publicaron en las redes y no dejaron de recordar la persecución del gobernador Gerardp Morales hacia la pareja.

Raúl y Milagro se llevaban 24 años de diferencia, pero ese no es el dato más llamativo de la relación. Aunque nacidos los dos en Jujuy, provenían de sectores sociales muy diferentes, casi irreconciliables.

Un claro ejemplo, es los trabajos que tuvo Noro antes de convertirse en el esposo de Milagro. En tiempos en los que no existía internet ni redes sociales, Noro fue corresponsal del diario La Nación en Jujuy durante muchísimos años. También era corresponsal del diario La Gaceta, de Tucumán. Dos medios con una ideología totalmente opuesta a la que representa la líder del movimiento Tupac Amaru.

Pero fue hace casi 30 años, que Noro le confesó a Milagro que estaba enamorado de ella. Según recuerda una nota de la revista digital Anfibia, la declaración de amor fue el 21 de julio de 1994, cuando volvían de la marcha por la Noche del Apagón, que recuerda cuando en 1976 un corte programado de luz en el ingenio Ledesma, permitió el secuestro de decenas de trabajadores.

Entonces Milagro era la secretaria general de ATE y Noro trabajaba como periodista de esos diarios y en medios regionales. Ella encabezaba las marchas y él la cubría como trabajador de prensa.

Un enganche increíble, inexplicable. Nada que ver con mi ideal de mujer, yo soy botticeliano, pero me enloquecí por ella. Loco. Un carisma, una energía. Tuve que insistir, porque Milagro me llamaba gringo, un blanco aquí es un gringo, por jujeño que sea. Utilicé todas mis artes de seducción y al final me dijo que sí. Comenzamos una relación hermosa que para mí respondía a un mandato espiritual, dijo Noro durante una entrevista.

La pareja se casó, casi diez años después de aquella confesión amorosa. Los dos ya se habían casado antes y tenían hijos de sus relaciones anteriores. Se casaron el viernes 12 de septiembre de 2013 y entre los invitados “estaban los padres adoptivos de Milagro, sus hijos, los hijos de Raúl, otros familiares, amigos y los compañeros más íntimos de la Tupac. Las mujeres de la organización se encargaron de la comida, la música, el baile y la torta decorada con dos muñequitos de mazapán idénticos a los protagonistas”, recuerda Anfibia.

En las cartas que le escribía desde la cárcel, Milagro le decía a Noro: amor de mi vida, gordito, poeta, compañero, cielito.