El hermetismo es total. Y las razones, sobran. Nadie quiere dar ni una centímetro de ventaja. Es por eso que todos intentarán esperar hasta el final del día cuando finalmente vencerá el plazo para la presentación de alianzas camino a lo que serán las próximas elecciones.

Las discusiones hacia adentro son muchas. Y entre los principales cambios aparece la posibilidad de que tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio dejen de existir. O, mejor dicho, se renueven. Cambien de forma. O más claro: se laven la cara para intentar lograr otro tipo de acercamiento con el electorado. Algo así como la apuesta máxima del marketing político.

En el Frente de Todos la decisión está tomada y así, también, se fue expresando en algunas provincias donde se llevaron a cabo las elecciones o en las que se realizarán en los próximos días. Frente Elegí, en Mendoza; Frente Justicialista, en Jujuy;  Arriba Chubut, en la provincia del sur; son ejemplos para identificar la necesidad de una propuesta que no por cambiar de nombre modifica la esencia.

Cabe mencionar que el reglamento que se presentará al final de este miércoles también deberá establecer las reglas para una competencia por adentro de una PASO más allá de que, después, desde el propio frente decidan no avanzar en esa línea. Es por esto que en las últimas horas se dieron diferentes reuniones en torno a poder establecer los pisos necesarios para una eventual confrontación interna.

Pese a la presión de Daniel Scioli y de Agustín Rossi, como precandidatos presidenciables, en las últimas horas la CGT se sumó al pedido de lista de unidad que ya habían manifestado los 13 gobernadores días atrás. “Cuando el peronismo fue unido ganó las elecciones”, manifestaron.

Cristina Fernández de Kirchner, Wado De Pedro y Sergio Massa, junto al presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, avanzan en grupo con las exigencias propias para poder determinar un reglamente que reposiciona la fuerza hacia adentro. Axel Kicillof, en cambio, juega directo en el cierre bonaerense, que será este jueves a las 9.30.

El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, presidente del Congreso del PJ, fue el encargado de oficiar como negociador en la puja interna. Lo que está en juego es el piso. El presidente del PJ, Máximo Kirchner, había propuesto la idea de poner un 40 por ciento de base para entrar en la discusión. Mientras que, desde el otro lado, exigen un 15 por ciento. 

Se trata de un número muy alto y muy najo, para unos y otros. La idea, encontrar un punto de equilibrio que permita que todos tengan representación en caso de no ser quienes conduzcan. La idea de Máximo, en acuerdo con Massa, es desalentar la participación de aquellos que hoy insisten con ir a una PASO. La negociación está abierta.

Vereda de enfrente

Por el lado de Juntos por el Cambio, las discusiones no son distintas. La diferencia principal se dio en la idea o no de una ampliación como partido. De ahí la necesidad de resolver al filo de esta noche cómo resolverá su reglamento interno.

Vale mencionar que durante la última semana, la coalición integrada por el PRO, la Unión Cívica Radical (UCR), Coalición Cívica-ARI, el Encuentro Republicano Federal, el Partido Demócrata Progresista (PDP), el Partido Unión Popular, el GEN de Margarita Stolbizer, el Partido Unir de Alberto Asseff y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) se involucró en una puja por la ampliación de su frente. Las denominadas palomas pidieron por el ingreso de Juan Schiaretti y los halcones se plantaron en la negativa.

Además, José Luis Espert, quien tiene en su poder el sello Avanza Libertad, que al no ser un espacio nacional no tiene que ser inscripto sobre este cierre, presionó para incorporar al nombre una palabra clave y convertirlo en Juntos por el Cambio y la Libertad. Algo que, al parece, no pasará.

La discusión también pasa por el piso de lo que será la PASO. Y ahí nadie quiere ceder. La distancia entre los números de uno y otro no es tan grande como en el Frente de Todos. “Estamos tratando de poner un porcentaje que nos permita tener representación a todos. Si ponemos un 40 y después somos gobierno, nos quedamos sin una fuerza importante”, le dijo a Data Clave un diputado bonaerense del PRO.