Los tribunales de Paraná están convulsionados por la inminente definición de la situación judicial del exgobernador Sergio Urribarri, quien está a un paso de tener que cumplir la efectividad de la pena por la que fue condenado a 8 años de prisión. Espera que se le abra la queja que depende del voto de la vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Gisela Schumacher. Miguel Angel Giorgio lo hizo por la negativa y Germán Carlomagno por la positiva. 

El ex gobernador tiene otro frente abierto. En la causa por enriquecimiento ilícito recibió un revés cuando el STJ le rechazó una queja en la que la defensa pretendía que no se eleve a juicio el legajo hasta tanto no se resuelvan todas las medidas. Daniel Carubia votó en favor del ex mandatario, mientras que Giorgio y Laura Soage lo hicieron por la negativa.

Pero ¿quién es el juez Giorgio? Un 8 de mayo de 2017 la Cámara de Senadores de Entre Ríos le presta el acuerdo al poder ejecutivo para que Miguel Ángel Giorgio, oriundo de la ciudad de Concordia, sea nombrado Juez Vocal de la Sala Nº 1 de Procedimientos Constitucionales y Penal del Superior Tribunal de Justicia. 

En la audiencia pública habló del “rol preponderante de la justicia en la paz social”, algo así como “tenemos que decidir lo que indica la opinión pública, solo así se logra la paz social”. Obviamente los senadores no entendieron el concepto y pensaron que se trataba de un defensor del debido proceso. 

Giorgio también se mostró preocupado por el sistema de Unidades Penales, se pronunció sobre cómo estaba funcionando la aplicación del Código Procesal Penal y los distintos institutos que éste tiene dentro de su marco regulatorio. Se explayó también sobre el funcionamiento de la Policía y la necesidad de una Policía Judicial y desarrolló sobre la necesidad de contar con una legislación específica para abordar la problemática del narcotráfico.

Pero la realidad, según cuentan los vecinos de la ciudad de Concordia, es que, a pesar de su apariencia de hombre tímido, vergonzoso y parsimonioso, se esconde “el resentimiento, el despecho y el rencor como el extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”.

La rosca en torno a la delicada situación de Urribarri: ¿quién es quién en el tribunal que debe decidir su destino?

Según pudo reconstruir Data Clave, parte de ese perfil de dos facetas puede reconstruirse a partir del testimonio de su expareja, quien -según testigos consultados- “ha padecido violencia psicológica y hasta correctivos” hasta que finalmente decidió abandonarlo y rehacer su vida, junto a sus hijos. “Es muy miserable, ha sido renuente a pasarles alimentos y llegó a investigar a la nueva pareja de su ex”, le contó a este portal una fuente de la ciudad de Concordia. 

Luego de esos trascendidos, los superiores decidieron trasladarlo a la ciudad de Paraná, donde Giorgio conoció a su amigo Elvio Garzón en la Cámara del Crimen. Garzon integró el Tribunal de Juicio que condenó a Urribarri. Por eso nos son pocas las fuentes que sostienen que en esa sentencia condenatoria, hay mucha letra de “su amiguito de Concordia”. 

Según relatan varios dirigentes del peronismo entrerriano, Giorgio -que tiene una inclinación ideológica fuertemente antiperonista-, fue propuesto por el radicalismo paranaense encabezado por el dirigente Raymundo Kisser y “los denunciadores seriales del urribarrismo, Rubén Paglioto y Guillermo Mulet” y se transformó en una “invalorable fuente” para los periodistas que se constituyeron en acérrimos opositores del exgobernador.

Desde que Fernando Burlando asumió la defensa de Urribarri, comenzó a "agitarse el avispero".
Desde que Fernando Burlando asumió la defensa de Urribarri, comenzó a "agitarse el avispero".

“Garzón odia a Urribarri porque no lo designó en el concurso que tenía por finalidad cubrir las tres vacantes de la reciente Cámara de Casación de Paraná”, le dijo a Data Clave un integrante de la familia judicial entrerriana. El listado de postulantes que se elevó estuvo integrado por: Marcela Davite, Hugo Perotti, Marcela Badano, Cecilia Goyeneche y el mencionado Garzón. 

En aquel momento, Adam Bahl, quien fuera ministro de Gobierno y Justicia de Urribarri, le había prometido a Garzón la Vocalía, pero a último momento, el gobernador acordó con su entonces amigo, el Procurador Jorge Amílcar García para que vaya su pareja Marcela Badano. Desde entonces “Garzón masculla bronca y resentimiento contra García y Urribarri”, aportan las fuentes.

Pero no termina ahí la historia, aún recuerdan en el urribarrismo todos los “mandados” que les hacían Goyeneche, García y Badano. "Urribarri tenía una justicia sumisa y ahora, para poder quitarse el mote de haber sido parte de su armado, lo persiguen políticamente, con lo que pretenden garantizar la supuesta independencia del poder judicial”, acotan los informantes.