Alberto Fernández contó en una entrevista con Radio 10 que en marzo, cuando decretó la obligatoriedad de la cuarentena, Mauricio Macri lo llamó y le dijo que no estaba de acuerdo con la decisión. 

“Al día siguiente que dicté la cuarentena, me llamó y lo que me recomendó es que no hagamos cuarentena, que dejemos a toda la gente en la calle y que murieran los que tengan que morirse. Él cree eso y actúa en consecuencia. Gracias a Dios estoy muy lejos de eso. Para mí la política es cuidar a la gente, la salud de la gente, preservar el trabajo”, reconstruyó el Presidente de aquel diálogo con su antecesor. 

Ahora Macri respondió desde su aventura europea. A través de la red social Facebook publicó un mensaje en el que reconoce que la conversación existió el 19 de marzo. "Lo llamé yo, para ponerme a su disposición y mostrarle mi apoyo en un momento de decisiones difíciles para el país y para todo el mundo", escribió Macri. 

También desmintió el recuerdo de Fernández. "Es falsa la versión que el Presidente ha dado sobre nuestra conversación. De ninguna manera dije las cosas que ha relatado en estos días", continuó y agregó un mensaje directo para Alberto: "Quiero recordarle que a credibilidad de la palabra presidencial debe ser cuidada como un tesoro".

La respuesta completa de Macri:

EL VALOR DE LA PALABRA PRESIDENCIAL

Queridos argentinos,

Es cierto que hablé con el presidente Fernández el 19 de marzo, antes del anuncio del aislamiento social y obligatorio. Lo llamé yo, para ponerme a su disposición y mostrarle mi apoyo en un momento de decisiones difíciles para el país y para todo el mundo.

Es falsa la versión que el Presidente ha dado sobre nuestra conversación. De ninguna manera dije las cosas que ha relatado en estos días.

Quiero recordarle al Presidente que nada es más importante para un dirigente político –y sobre todo para un presidente– que su palabra. La credibilidad de la palabra presidencial debe ser cuidada como un tesoro.

La Argentina necesita consensos amplios y generosos para solucionar los problemas que acarrea desde hace décadas. Sobre todo después de la pandemia y la cuarentena, que los han vuelto más profundos y más visibles. Estoy dispuesto a hacer mi aporte, desde el lugar que sea, para avanzar en esta dirección.

Pero un primer requisito para progresar en estos consensos es que los dirigentes sean creíbles, que los interlocutores puedan confiar en la palabra del otro. Sin confianza es imposible llegar a acuerdos.

En estos meses decidí hacer pocas declaraciones públicas, por respeto al nuevo gobierno y para darle tiempo a asentarse. Hoy, sin embargo, me veo obligado a aclarar la verdad de aquella conversación, porque valoro mi palabra. Siempre les dije la verdad a los argentinos, en los momentos buenos y en los momentos malos, y pienso continuar de la misma manera.