La asunción de las nuevas autoridades de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT) este lunes se pareció más a una advertencia por parte de la cúpula de la central sindical que a la decisión de unirse a los piqueteros.

Hasta el momento, el gremialismo se había mostrado más propenso al diálogo con el gobierno electo, dado señales de moderación, al menos hasta que se conozcan sus primeras medidas. “Los Gordos” (Héctor Daer, de Sanidad, y Armando Cavalieri, de Comercio) y los independientes (Andrés Rodríguez, de UPCN; Gerardo Martínez, de la UOCRA, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias), suelen no mostrar las garras con facilidad ante un nuevo escenario político.

Pero la ausencia de interlocutores confiables en La Libertad Avanza y la incertidumbre sobre los planes de gobierno comenzó a inquietar a la primera plana cegetista. Aún no existe nexo con el mundo libertario que les garantice a los gremialistas que Milei no avanzará con reformas laborales que los afecten o con cambios en el área de salud que amenace el sistema de obras sociales.

En ese esquema se contemplaba, por ejemplo, la eliminación de la Superintendencia de Servicios de Salud, el organismo autárquico que administra los fondos de las obras sociales, que, según se proyectaba, iba a quedar reducido a una mera dirección nacional.

Recibir al sindicato que representa al sector informal en la sede de Azopardo 802 fue un aviso al gobierno de Javier Milei de lo que podría pasar si gobierna a espaldas de la CGT. A su vez, representó una demostración de que ese sector gremial puede contener a los piqueteros en caso de que el conflicto se desmadre en la administración libertaria.

Pero la estrategia de la cúpula de la CGT no es compartida por todos los dirigentes. Pablo Moyano (Camioneros) volvió a desmarcarse del ala moderada y advirtió que “habrá que conocer las leyes que pretenden aprobar” en el próximo gobierno. “Si son contra los trabajadores, nos movilizaremos porque una cosa es la modernización laboral y otra, como pretenden, una esclavitud moderna”, concluyó el hijo mayor de Hugo Moyano.

En el acto de la UTEP, reveló que la CGT busca “conversar con los gobernadores para ver qué van a hacer el día que se traten las leyes en contra de los trabajadores”. “No van a venir con el verso de que están apretados por la obra pública o por la coparticipación esos gobernadores que llegan a sus gobernaciones cantando la Marcha Peronista, poniendo cuadros de Perón y Evita, vamos a ver qué van a hacer cuando los empresarios empiecen a apretar al gobierno nacional -dijo-. Vamos a ver si están con los trabajadores o están con los empresarios”, completó.