Los pasillos del Congreso eran como un río de gente que iba y venía. Voces, gritos y murmullos, rosca en voz baja y campaneos de lobbistas, recién llegados, y viejos funcionarios. Entre tantos hombres de traje y mujeres vestidas a lo Jackie, Gerardo Milman, de camisa sudada y arrugada, pasó sin reparos entre la multitud que, quizá, lo confundió con un sumariante o un mozo.

Se sentó en su banca para dar su aprobación a la "Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos" tal como estaba acordado con sus compañeros de bloque, y antes dio un pequeño discurso.

El diputado que integra doce comisiones y supo tener treinta y ocho asesores -entre ellos la señora que limpia su casa, su personal trainer, el chofer y varias muchachas de confusos antecedentes laborales- , durante 2023 solo presentó seis proyectos de ley y tres pedidos de repudio: el primero contra los atentados terroristas de Hamas contra Israel; otro contra el dirigente social Luis D'Elía y alguna declaración "contra la investidura y género de Patricia Bullrich", y el tercer repudio, el 9 de octubre, "por el comentario del diputado nacional por La Libertad Avanza", señor Javier Milei, refiriéndose a la doctora Patricia Bullrich como montonera asesina en el debate presidencial del 8 de octubre de 2023.

Sugestiva coincidencia: la reaparición de Milman en el Congreso y la presencia de Leonardo Sosa

Su escasa participación en la Cámara y en las Comisiones coincidió con su nula participación pública: salvo unas escasas declaraciones a un notero a la salida del único mitin político preeleccionario del que participó en apoyo al candidato a gobernador Néstor Grindetti, Gerardo Milman no respondió a ningún requerimiento periodístico desde octubre de 2022.

Desde esa fecha tampoco usa redes sociales, ni siquiera de manera oficial, y pasó a ser una suerte de paria de la política pública, desplazado convenientemente al menos de los escenarios y candidaturas, como consecuencia de quedar involucrado en en el atentado contra la entonces vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Gerardo Milman, o "Jerry", como lo apodan familiarmente, hasta ese momento tenía una actitud muy diferente a la de estos días en el Congreso. Lejos de pretender pasar inadvertido, era un hombre que sentía orgullo de ser mirado, de mostrar poder y desenvoltura. Siempre rodeado de sus secretarias, iba y venía saludando a éste o aquél, tal como quedó registrado en las imágenes de la tarde del 30 de agosto de 2022 que luego se difundieron mil veces y que lo toman entrando al edificio anexo del Congreso donde tiene su despacho junto a dos mujeres.

Ese día de fines de agosto, a la hora de la siesta y antes de que lo tomen las cámaras del edificio de oficinas, había bajado de un auto de alquiler en la esquina de Rivadavia y Riobamba con una señorita y entrado al bar Casablanca. Luego se sumó a la mesa otra joven mujer. Luego supimos que eran Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz a quienes, entre risas, Milman habría dicho: "Cuando la maten, voy a estar rumbo a la costa".

Unos días antes, el El 18 de agosto el diputado Gerardo Milman había mandado un pedido de informes al Congreso en el que pedía explicaciones acerca de la custodia de Cristina. El proyecto presentado por el legislador de JxC llevó el número de expediente 4229-D-2022, y tenía por objetivo un "Pedido de informes al Poder Ejecutivo sobre diversas cuestiones relacionadas con el plan de contingencia para frenar la escalada de violencia y amenazas hacia periodistas, jueces, fiscales y actores involucrados en casos judiciales".

Ese extraño pedido de informes terminaba con dos párrafos que fueron inquietantes en ese momento, y que luego del 1 de septiembre fueron casi un anuncio. Decía así: “No vaya a ser que algún vanguardista iluminado pretenda favorecer el clima de violencia que se está armando, con un falso ataque a la figura de Cristina, para victimizarla, sacarla de entre las cuerdas judiciales en las que se halla y no puede salir, y recrear un nuevo 17 de octubre que la reivindique ante sus seguidores”.

Gerardo Milman, junto a sus secretarias Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz
Gerardo Milman, junto a sus secretarias Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz

Me pregunto si esa violencia se concretaría como las respuestas de las falanges kirchneristas ante la posible sentencia adversa de su líder enjuiciada. El 17 de octubre de 1945 es historia y no tiene paralelismos con la actualidad, salvo por el peronismo. Sin Cristina, hay peronismo. Sin peronismo, sigue habiendo Argentina. Firmante: Gerardo Millman.

La frase dicha a viva voz, en en bar "Casablanca", la habría escuchado el asesor de un diputado que luego del intento de magnicidio se presentó a la justicia. La Jueza Capuchetti, que desde el 1 de septiembre de 2022 llevó adelante la investigación por el crimen frustrado, vaciló en darle crédito y consecuentemente demoró muchos meses en llamar a declarar al diputado y a sus secretarias, del mismo modo retrasó el pedirles que aporten sus teléfonos celulares para constatar algún tipo de intercambio relacionado con el caso. 

El devenir de los celulares de las mujeres y del diputado implicó citas al Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad, que dirige Patricia Bullrich y del que es miembro Gerardo Millman, para que el perito informático Teodoro, de la institución, vacíe de contenido los teléfonos de los tres: Millman, Gómez Mónaco y Bohdziewicz; la presentación ante la justicia de otros aparatos como los usados en ese tiempo y tan flamantes que salieron a la venta después de octubre de 2022 y que encima, la Gendarmería aún siquiera pudo abrir porque Milman se negó, al igual que Gómez Mónaco, a facilitar la contraseña.

Así llegamos a fin del 2023. Millman, entre el ostracismo político, la tarea de esquivar a la Justicia e incluso, la separación de su esposa. No le quedó un solo espacio donde cobijarse, ni siquiera en los brazos de su novia, quien también lo dejó luego de que se supiera públicamente de su existencia mientras él estaba casado, a raíz de un operativo policial que interceptó a la muchacha circulando con un auto de Metalúrgica Oliva que la empresa había cedido en préstamo al diputado, lo que no solo expuso la doble vida íntima de Millman sino un pedido de informes al Congreso para que explique el motivo de tal "préstamo".

La depresión hizo lo suyo y quizá también estas jornadas calurosas lograron que a "Jerry" no se lo viera con la postura canchera de la que hacía gala antaño. También cambió su discurso, pues de aquél "Sin Cristina hay peronismo. Sin peronismo sigue habiendo Argentina" en el cierre del debate de la ley ómnibus, el viernes tuvo la palabra y dijo, con tono cansino: "Es imprescindible lograr consensos, aún cuando tengamos miradas diferentes. La Argentina es Moreno y es Saavedra; es Roca y es también Irigoyen; es Frondizi, es Perón; es Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Mauricio Macri y Javier Milei. Somos todo eso, nos guste o no nos guste. Y la gente vota a uno y a otro y hay que respetarlo porque somos todos ellos. Por eso, tenemos que ponernos de acuerdo, lograr consensos..."

Desde las gradas, el día anterior, Leonardo Sosa, líder de Revolución Federal, lo miraba atentamente antes de ser echado por los agentes de seguridad. Hasta allí había llegado por invitación de la diputada Lilia Lemoine quien, incluso, subió a sus redes sociales una foto de los militantes que estarían en el interior del Congreso para apoyarla y entre los que claramente se veía a Sosa. La diputada, luego, lo negó fervientemente y no hubo aclaración de cómo llegó allí a pesar de que en sesión varios diputados pidieron se investigue el asunto.

Sugestiva coincidencia: la reaparición de Milman en el Congreso y la presencia de Leonardo Sosa

Sosa - junto a Morel, el carpintero al que el holding Caputo pagó varios millones por unas mesas de luz - organizó la marcha de las antorchas de agosto de 2022 en la que participó Brenda Uliarte, hoy detenida por el intento de asesinato a Cristina Fernández y quien declaró, en septiembre de 2023, que una tal "Carolina" los había reclutado y pagado para generar "disturbios".

Leonardo Sosa, presente en una foto junto a la diputada Lemoine
Leonardo Sosa, presente en una foto junto a la diputada Lemoine

Gómez Mónaco, que también se llama Carolina, es una de las pocas asesoras que sobrevivió a los despidos luego del escándalo por los nombramientos de Millman y quien posiblemente ayer haya colaborado en ese giro discursivo que pasó de pensar un país en el que no exista una fuerza política masiva, a uno donde quepamos todos por consenso. Y Milman, entonces, y pensando en eso, aprobó la ley ómnibus propuesta por Javier Milei.

Carolina Gómez Mónaco
Carolina Gómez Mónaco