La discusión por la herencia económica que recibirá el próximo gobierno, recalentó todas las mesas políticas y despachos del oficialismo y la oposición luego del comunicado de Juntos por el Cambio que afirmaba que la administración Fernández está "dejando una bomba armada para el pueblo argentino". En tanto, el ministro de Economía, Sergio Massa, le dijo a intendentes del Frente de Todos que el macrismo busca el “caos económico”, un shock financiero para poder llevar adelante un programa de ajuste y privatizaciones.

Pero más allá de la pirotecnia verbal en un año de elecciones presidenciales, los economistas del macrismo ya no ocultan cuáles son los planes para los primeros 100 días de gobierno: una triple reforma (previsional, impositiva y laboral) y una reducción del déficit que tendrá como eje de la política económica el "subsidio cero".

En los hechos, los economistas de JxC proponen hacer un ajuste fiscal que le permita el gobierno de 2024 eliminar por completo las necesidades de financiamiento. Pero como señala el economista Emanuel Álvarez Agis en un reciente paper de la consultora PXQ, aún haciendo una brutal poda del gasto público, seria muy dificil llegar al “déficit cero”

De acuerdo a los cálculos de Agis, para llevar el déficit fiscal de -3,7% (lo acordado con el FMI) a 0%, y sin reducir el gasto social (jubilaciones, gasto en niñez y planes sociales), habría que hacer una fuerte poda en subsidios y obra pública. 

Agis explica que “se podría pensar en el siguiente ensayo (entre paréntesis, el ahorro fiscal de cada medida): -Reducir los subsidios a la energía a la tarifa social (1,1%). - Llevar la obra pública a mínimos históricos (0,6%).- Lo mismo con el déficit de las empresas públicas (0,3%). - Reducir a 0% las transferencias a universidad públicas, tal como en 2017 (0,7%). -Minimizar el resto de los gastos (0.2%)”. Ahorro total: 2,9%. Faltan 0,8% y recordemos el lema de JxC: no subir impuestos (creemos que no vale la pena hacer el ejercicio precedente intentando configurar una baja de impuestos)", señala en su trabajo el ex viceministro de Economía.

Por su parte, los economistas de JXC afirman en off que si bien es cierto lo señalado por Agis, que hay que aumentar el recorte en subsidios, y que si bien las jubilaciones no se pueden tocar, cierta parte de los planes sociales pueden ser revisados y aceptan que eso traerá un mayor nivel de conflictividad social. 

Pero lo cierto es que no son pocos los que piensa que sería mejor que “la bomba le explote a Massa”. ¿Qué significaría exactamente esa explosión? Señala Agis: "implica descansar en que el ajuste lo haga el mercado, y no el Gobierno. Una crisis de la deuda en pesos implicaría una depreciación del tipo de cambio paralelo, una caída de reservas, un salto del tipo de cambio oficial y, con esto, una aceleración de la inflación. En un escenario donde la crisis económica se traduce en crisis política, la aceleración de la inflación podría hacer el ‘trabajo sucio’ del ajuste. Para utilizar un ejemplo histórico, luego del salto devaluatorio e inflacionario de 2001-2, en 2003 el Tesoro no necesitó financiarse en el mercado local, puesto que la aceleración inflacionaria licuó el gasto al punto tal de poner al fisco en un superávit global".

Lo hipótesis de Álvarez Agis concuerda con la que tienen en el Palacio de Hacienda, quienes creen que la minicorrida sobre el peso y el alza del dólar blue ocurrida en enero se debe a las malas artes de banqueros cercanos a JxC. “Se hace con poca plata”, afirman en el quinto piso del Palacio de Hacienda. “El blue mueve u$s5 millones por día, es un mercado chico pero con peso psicológico en las expectativas de devaluación”, afirman los mas viejos del equipo de Massa.