La Aduana secuestró más de 1600 cascos para motociclistas que una empresa local dedicada a la venta de equipos de GNC había importado a través de otra firma. 

Acto seguido, la agencia denunció penalmente una maniobra mediante po la cual una empresa había obtenido una SIMI se la cedió a otra firma sin SIMI aprobada para que ésta pudiera ingresar cascos de moto y de bicicleta de montaña de alta gama al país. En un uso “gravemente irregular” de los dólares del BCRA según Aduana.

Los cascos en cuestión son de la reconocida marca Alpinestars, cuya mercadería proviene de China, pero es facturada desde su casa matriz, en Italia.

La empresa que efectivamente tenía la vieja SIMI (es decir, la autorización del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones) es TECNO GNC SRL, dedicada a la comercialización de equipos de gas natural comprimido para autos. Ésta es la que acabó cediendo la SIMI al verdadero importador de los cascos, RACE IN SRL, que cuenta con la licencia para importarlos y los vende en locales que posee en centros comerciales.

La causa que inició Aduana ahora tramita en la Justicia Nacional en lo Penal Económico, donde se investigan potenciales delitos previstos en el Código Aduanero, habida cuenta de que la empresa dedicada al GNC realizó la importación de los cascos sin tener el necesario Certificado de Homologación de Autopartes de Seguridad (CHAS). Para burlar ese requisito, la firma declaró que estaba importando cascos de bicicleta de montaña.

Según lo informado por fuentes oficiales del operativo, el valor de la mercadería incautada supera los “50 millones de pesos y la Aduana podría aplicar una multa de 725 mil dólares”.

Guillermo Michel, director general de Aduanas aseguró que “es insólito que una empresa de GNC haya podido importar cascos de motos”.

Guillermo Michel, titular de Aduana

Y agregó: “Somos conscientes de que la principal causa de este tipo de maniobras es la brecha cambiaria. Son operaciones que buscan engañar a la Aduana con un único objetivo, obtener dólares a valor oficial en forma irregular. Pero más allá de la brecha, si los controles del Estado carecen de rigor técnico y profesional, el problema se agrava”.

“Si pensamos en los controles que tiene que realizar el servicio aduanero y en la tecnología involucrada, el viejo sistema SIMI era muy precario. Se requiere disponer de información en forma anticipada y poder realizar cruces de datos de manera eficiente”, cerró Michel.