El 4 de agosto finaliza el plazo para negociar el acuerdo con los bonistas. A 8 días de ese límite, BlackRock y una lista de acreedores le enviaron una carta al ministro de Economía, Martín Guzmán, confirmando el rechazo a la propuesta argentina. Esta respuesta se da luego de que Argentina modifique -en favor de estos grupos- ciertos aspectos jurídicos de la oferta. Los acreedores aseguran contar con más del 50% de los bonistas que forman parte de esta negociación.

Hace más de una semana que el presidente Alberto Fernández encabeza la campaña para que los bonistas acepten la oferta argentina, que según el Gobierno es “el último esfuerzo” que puede realizar para garantizar la sustentabilidad del país. Con poco margen para negociar y el default amenazando, se agotan los recursos en la quinta presidencial que insistirá en que mejorar la propuesta sería en desmedro de los pobres, que según el Presidente representan al 40% de los argentinos, pero según la oposición será del 50% cuando finalice la pandemia del Covid-19.

La carta la firman tres de los grupos que reúnen a los principales acreedores de la deuda argentina, y afirman contar con un respaldo del 60% para los bonos 2005 y 51% de la deuda emitida en el Gobierno de Mauricio Macri. Este número es suficiente para bloquear la oferta del Gobierno de Fernández, dado que el piso que planteó Guzmán para avanzar con el canje es del 50%.

La última propuesta de los fondos de inversor plantea un canje a un valor de u$s 56,5, promedio, por cada lámina de 100 (a una tasa de salida), unos 3 dólares por encima de la última oferta argentina.

Hace poco más de una semana el Gobierno había recibido un anticipo de este rechazo. Fue allí que Guzmán declaró: “Hay un grupo de acreedores que no está entendiendo cuál es la condición de Argentina”. Para el ministro de Economía aceptar esta contraoferta significa “recortar jubilaciones, y no nos podemos permitir eso”. “No les pedimos que pierden, les pedimos que ganen menos”, agregó.

Desde que Guzmán presentó esta última propuesta recibió el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y también del G-20; también recibió el apoyo de los principales sectores empresariales del país. En la última semana Fernández se dedicó a conversar con el Financial Times -diario británico, dos veces-  y con el Consejo de las Américas, dos ámbitos relacionados con los principales grupos financieros. Allí el Presidente insistió que “no se puede más que esto, no es capricho, es sensatez”. 

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