Los combustibles aumentaron 6% y se autorizó en suba de hasta e 27 % en las tarifas de electricidad en la Ciudad e Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Pero eso fue ayer. Por delante vendrán nuevos aumentos.

En ese escenario hablará este viernes la vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner en un acto que se realizará en el camping de la Unión Obrera Metalúrgica. Será su primer acto público luego del intento de asesinato contra su persona.

Pero también será sus primeras declaraciones públicas sobre temas económicos luego de que el 26 de octubre criticara un aumento en las cuotas de la medicina prepaga.

“Resulta francamente inaceptable el nuevo aumento, esta vez de dos dígitos (13,8%), que el Gobierno autorizó a las empresas de medicina prepaga, y que de esta manera suman el 114% anual de aumento otorgado. O sea, más de un 20% sobre la inflación anualizada”, dijo.

Para deslindar su responsabilidad en la gestión de su gobierno, Fernández de Kirchner revelo que: “Oportuna y reservadamente, manifestamos nuestra opinión contraria a seguir concediendo aumentos que afectan a las familias argentinas en un servicio imprescindible como el de la salud y que además agrava al proceso inflacionario”.

Lo cierto es que los motivos de su ira duraron apenas un par de horas. El dueño presidente de la Unión Argentina de Salud (UAS), Claudio Belocopitt le recordó que desde que ella asumió vicepresidencia, y Alberto Fernández la Primera Magistratura, y hasta agosto de este año, “la cuota de la medicina prepaga aumentó el 173,9% y la inflación fue del 221,5 %”. Además “durante todo el 2021 las empresas de medicina prepaga dieron pérdida”, dijo el titular de Swiss Medical a diversos medios.

La queja de la dirigente más importante del Frente de Todos refleja un proceso más profundo y que es que, cuando un país sufre un período tan prolongado de inflación, comienza a haber un problema adicional que es el de “los precios relativos”, es decir, algunos bienes o servicios aumentan de manera más rápida que otros.

Las empresas de combustibles se encargaron de informar  que desde que asumió el gobierno de Alberto Fernández hasta octubre, la inflación acumulada ronda el 262%, mientras los combustibles subieron un promedio de 161 %. En ese período, la devaluación del peso fue de 155% y los impuestos a los combustibles un 119%.

Si bien la inflación entre septiembre de este año, ultimo registro del Indec, frente a igual mes del año pasado subió 83%, lo cierto es que ese promedio en la medición del Indec “esconde” grandes diferencias. 

Así mientras los productos “estacionales” como Alimentos y Bebidas, o indumentaria y turismo, aumentaron en promedio 122,2%, los “regulados”, como la energía o el transporte, solo lo hicieron en un 62,1%.

“Todos los meses seguimos casi duplicando la inflación de un año atrás. Un factor importante de la leve baja (de septiembre respecto a la de agosto – 6,2% frente a 7%) es que se demoró la segmentación de tarifas”, explicó la economista María Castiglioni.

La integrante de la consultora CyT, consideró que “la baja de inflación (de septiembre) no parece un cambio de tendencia” porque la suba de las tarifas “te va a pegar en octubre y en noviembre”, que se sumarán a otros aumentos.

Castiglioni en declaraciones a Radio Milenium. puso como ejemplo de la espiral inflacionaria la implementación del “dólar Qatar”, ya que “terminará impactando en los precios de turismo, poniéndole un piso más alto a los precios domésticos”.

Más allá de las palabras de la vicepresidenta, el Banco Central informará mañana su Relevamiento de Expectativas del Mercado, en la que, seguramente, los analistas financieros estimarán una inflación superior al 6% en octubre, con perspectivas de llegar al 100% a fin de año.