La vocera del Fondo Monetario Internacional (FMI), Julie Kozack, habló hoy sobre todos los temas que hacen a la relación del organismo con Argentina y destacó que durante octava revisión del acuerdo, realizada esta semana, “todas las metas fueron alcanzadas” y que “esos son todos pasos importantes en la dirección correcta”.

En su habitual conferencia de prensa, Kozack no dejó tema por tratar de Argentina, aunque en muchos casos, lo hizo con la diplomacia que caracteriza los comunicados del FMI. En ese marco, la vocera dijo que, desde el FMI esperan que "la economía comience a crecer nuevamente en la segunda mitad de este año”. El miércoles, el Jefe de Gabinete adelantó que desde el Gobierno estiman una caída del 3,5% del Producto Bruto Interno (PBI) a lo largo de todo 2024.

Krozack reiteró que las medidas adoptadas por el gobierno de Milei: el nuevo rumbo está arrojando “mejores de los esperados”, pero que el camino hacia adelante será “desafiante”

Dentro de esos desafíos, el FMI apuntó a que la política monetaria “deberá seguir evolucionando para anclar la inflación” y que la política cambiaria deberá volverse más flexible con el tiempo para salvaguardar una mayor mejora en la cobertura de reservas”. En este último tema, sugirió que la política cambiaria involucre “una competencia de monedas, que es un régimen mediante el cual el peso y otras monedas, como el dólar estadounidense, pueden coexistir y son usados libremente. Otros países de la región, como Perú y Uruguay, tienen sistemas como este”, puntualizó Kozack.

La funcionaria del FMI, al especificar las políticas de ajuste, apuntó “a ajustar específicamente la eficiencia y la progresividad del sistema tributario. También significa seguir garantizando que la asistencia social sea suficiente y esté bien orientada para proteger a los más vulnerables, y garantizar que la carga de la consolidación fiscal en curso no recaiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras”.

El Gobierno obtuvo esta semana la aprobación de la octava revisión de las metas pactadas con el FMI por el gobierno de  Alberto Fernández, lo que le permitió recibir un préstamo por US$ 800 millones, los que destinará al pago de la deuda.

El cumplimiento del acuerdo, que estaba virtualmente “caído” a finales del año pasado, alienta al ministro de Economía, Luis Caputo, a acceder a un nuevo entendimiento que le permita al país acceder a fondos frescos para salir del cepo y acelerar la baja de la inflación.

Si bien el ministro quiere un desembolso de US$ 15,000 millones, los analistas económicos consideran que este nuevo préstamo no podría superar los US$ 5.000 millones, tal cual ocurrió con Egipto en meses pasados.