En la primera licitación de bonos de febrero la plaza financiera estuvo activa para realizar 256 ofertas por $ 92.053 millones de valor nominal, adjudicándose un total de $ 83.923 millones lo que representó un valor efectivo de $ 82.634 millones.

Como en colocaciones anteriores, el interés inversor estuvo volcada a títulos a tasa variable, con un interés adicional de 2,25% y vencimiento el 30 de junio, la cual recaudó $40.876 millones, a los que se sumaron otros 31.321 millones de otro bono con tasa Badlar con cierre en el 2023.

En cambio, la Letra también con vencimiento en junio de este año, pero a tasa de descuento, solo recogió $ 10.436 millones, con una tasa del 38,25%.

De esta manera, Economía volvió a hacerse de financiamiento por encima de sus necesidades. En efecto, estos $ 82.600 millones superan largamente los vencimientos de la primera semana del mes, que totalizan cerca de $ 6.910 millones, pero a su vez se acumularán para hacer frente a los $ 50.700 millones, de la primera quincena.

El secretario de Finanzas, Mariano Sardi, destacó que la emisión del nuevo bono 2023 a tasa variable tiene el objetivo de seguir profundizando el mercado local en pesos, reconstruyendo la curva Badlar que suele ser referencia para emisores corporativos y provincias.

Para Sardi, con esta colocación “se continúan dando pasos sostenidos y concretos hacia el objetivo de extender los plazos de financiamiento del Tesoro y construir un perfil de vencimientos sostenible”.

La deuda del Gobierno creció a razón de US$ 1.100 millones por mes el año pasado, según cifras del Ministerio de Economía.