El atraso cambiario, la falta de un mecanismo que permita salir del cepo al dólar en el corto y mediano plazo, la acentuada recesión que experimenta el país y la demora en la sanción de la Ley Bases en el Congreso comienzan a generar dudas sobre el rumbo de la gestión del presidente Javier Milei por parte de los economistas ortodoxos que apoyan las recetas neoliberales clásicas de reducción del gasto público, disciplina fiscal y restringida emisión monetaria.

En esa línea, Carlos Rodríguez, exasesor de Milei y director del CEMA y Ricardo Delgado, consultor del Banco Mundial y el BID y ex funcionario del Ministerio del Interior durante el Gobierno de Mauricio Macri, coincidieron en señalar que el Gobierno “debe darle sustento político” al ajuste estructural que implementa    

“Milei y sus seguidores van a tener que darse cuenta que en política lo que importa son los hechos y no lo que ellos se creen de ellos mismos”, alertó Rodríguez en una serie de mensajes publicados en su cuenta de la red social X.

Y en esa línea recordó que la administración libertaria “no han pasado una sola ley en sus primeros 5 meses de gobierno. Quizá logren pasar una próximamente, en lo que sería una victoria pírrica”.

El economista señaló que “han generado una de las recesiones más rápidas y profundas de la historia del país”.

“El ajuste fiscal lo lograron con enorme devaluación que activó un impuesto transitorio (PAIS), licuó ingresos, jubilaciones y otros gastos sociales, paralizó obra pública y transferencias a provincias. Se congelaron gastos nominales del gobierno en medio de la suba de la inflación, lo cual contribuyó a la licuación temporaria de partidas. En otras palabras, ningún ajuste estructural sostenible”, explicó Rodríguez.

En ese sentido, afirmó que “basta ver la evolución reciente de las cifras oficiales de empleo en los sectores privado y público para darse cuenta dónde está cayendo el costo de las políticas implementadas, que yo ni siquiera llamaría ‘ajuste’.

“La anunciada mejora del balance del BCRA es una operación contable que no elimina la dependencia fiscal de nuestra política monetaria. La actividad real estaba estancada hacía años. Las medidas iniciales sugieren que el estancamiento continuará luego de un descenso a un nivel incluso más bajo de actividad”, alertó.

Más allá de las posiciones antiestatistas que proclama el ideal libertario, Rodríguez indicó que el Gobierno se sostiene mediante "el CEPO, el Impuesto País y la obligación de los exportadores de vender las divisas al BCRA”.

“La estabilización y posterior crecimiento sostenible de nuestro país requieren unidad y no más divisiones. Eso implica diálogo y participación de todas las partes. No puede reducirse todo el proceso de cambio a la discusión parlamentaria por una sola Giga-Ley. Creo que éste no es el camino”, resaltó.

Por su parte, Delgado, en una entrevista concedida al diario La Nación consideró que el país está “atravesando el ajuste más drástico en términos fiscales, monetarios de los últimos 50 años”, pero advirtió que las medidas del oficialismo tendrán un fuerte impacto sobre la actividad.

“La clave es cómo darle consistencia y estabilidad a este proceso en el tiempo”, observó.

“Este programa ha implicado recortes muy drásticos en una enorme cantidad de partidas de gasto, como obra pública, transferencias a provincias, jubilaciones, todo lo que tiene que ver con la contención social. Y la discusión es de qué manera Milei va a enfrentar lo que yo creo que tiene que ser una segunda fase, en la cual la política económica debería pasar de ser trabajada y pensada desde un Sodimac o un Frávega en términos de motosierra, licuadora o aspiradora, para pasar a un hospital de alta complejidad, donde haya una guardia muy especializada que atienda a los heridos, que van a empezar a aparecer”, alertó Delgado sobre las consecuencias del ajuste.  

Para Delgado, el Gobierno adolece de un plan de estabilización que le dé “consistencia” a este proyecto para que “no haya vuelta atrás”.

“Todos los gobiernos, con independencia del signo ideológico, quieren y se sienten confortables con un tipo de cambio apreciado, por la sensación térmica de tener un ingreso en dólares. Las clases medias que pueden viajar al exterior sienten que ganar US$2000 o US$3000 es posible. Pero eso tiene el problema de que termina mal”, observó.

Delgado consideró que el bajo desempleo que dejó el Gobierno de Alberto Fernández es lo que le otorga sustentabilidad al ajuste que aplica el Gobierno, pero ahora comienza a haber problemas con la ocupación laboral, la caída de la actividad y el consumo.     

“Una cosa es defenderse contra la inflación o la pérdida de ingresos en términos reales, y otra cosa es la no defensa que implica no tener trabajo. Eso se vio al final de la convertibilidad. Veníamos con cuatro años de desempleo bien superiores al 10%, llegamos casi al 20%, y por supuesto sin planes sociales. Hoy, si bien está perdiendo efectividad debido a la caída del gasto, esa red existe”, remarcó.

Y en ese sentido, pidió más medidas de “cirujano y menos de Freddy Krueger o motosierra” para consolidar las políticas que implementa el Gobierno.