El 70% de la población ocupada reunía ingresos, que pueden ser salarios, ayudas sociales, o cobros de trabajos, por menos de $90.000 a fines del tercer trimestre de este año, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Cuando se toman la medición por hogares, el 70% de esto reunía ingresos por hasta $180.000, destacó el organismo. 

Para septiembre, una familia necesitaba de poco más de $128.200 para comprar la Canasta Básica Total y no caer por debajo de la línea de la pobreza, o $56.700 para adquirir la cantidad mínima de alimentos para subsistir y no ser considerado “indigente”. 

A comienzos de mes el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina informó que el Índice de Pobreza en el tercer trimestre del año llegó al 43,1%, contra el 42,4% de julio-septiembre del año pasado. 

Pero uno de los datos más reveladores del estudio es que un tercio de las personas que tiene empleo, es pobre. El ciclo de estancamiento económico iniciado en 2013 “provocó un incremento de la pobreza de ocupados, que llegó a 18,1% tras el estancamiento y el alza inflacionaria iniciada en 2016. A partir de la crisis de 2018-2019, profundizada por la pandemia de covid-19 (más de 31% si se considera a los cesanteados), la pobreza de trabajadores se ha instalado en un nuevo nivel estructural: 29,8% en 2022”, destacó el informe. 

Para el INDEC, el 20% más rico de la población, tomada esta de manera individual, es aquella que ganaba más de 110.000 mensuales a septiembre, mientras que el ingreso promedio de la población ocupada ascendía a $78.930. 

El miércoles, la ministra de Trabajo, Raquel Olmos, aseguró que “se está trabajando en un difícil y necesario equilibrio entre recomposición y apuesta a quebrar la alta inflación". 

Olmos, en declaraciones a la radio FutuRock, recordó que durante la pandemia se realizó "un enorme esfuerzo" para mantener los puestos de trabajo y por eso no se pudo "dar el salto de recomposición que habíamos insinuado apenas asumió Alberto Fernández con los dos bonos otorgados".