La historia comenzó allá por los turbulentos días de julio, luego de la salida del ministerio de Economía de Martín Guzmán. Su sucesora, Silvina Batakis, dijo que había que guardar los (pocos) dólares que quedan para la producción, y no destinarlos al turismo o gastos suntuarios.

La medida fue apoyada por algunos empresarios, en detrimento de la clase media que se puede pagar un viaje en 12 cuotas a cualquier país limítrofe y gozar de sus merecidas vacaciones.

Lo cierto es que el dólar llegó a $ 350, Batakis duró menos de un mes al frente del Palacio de Hacienda, y luego se la pudo ver haciendo fila para comprar un I-Phone 14 en Estados Unidos, como lo hace cualquier ciudadano de nuestros países vecinos que parece que no les es tan difícil conseguir dólares.

Hoy el Congreso tratará la Ley de Presupuesto para el 2023 que prevé reducir el déficit fiscal de 2,5% del PBI al 1,9%, algo modesto si se tiene en cuenta que el Gobierno de Mauricio Macri se comprometió, y a punto estuvo de lograrlo, bajar 4% en dos años.

Pero no se puede vivir tomando deuda a razón de US$ 3.000 millones por mes, y el ajuste alguien tiene que pagarlo. Por eso el sucesor de Batakis, Sergio Massa, mandó un proyecto al Congreso con varios ajustes, lo que ha generado no pocos cruces.

Comencemos por el interés de los legisladores para que los jueces y empleados del Poder Judicial paguen el Impuesto a las Ganancias, algo que se debatió a última hora antes de firmar el despacho de Comisión.

El representante de los trabajadores judiciales, Julio Piumato, defendió esa prerrogativa, dando cuenta que tanto los magistrados como los empleados no pueden tener otro empleo, como sí pueden hacerlo los legisladores, y fue un paso más allá. Le recordó al diputado oficialista Carlos Heller, titular de la Comisión de Presupuesto y del Banco Credicoop que “es un banquero que no paga Ganancias, disfrazado a su banco de banco cooperativo”.

Piumato, en declaraciones a Radio Mitre apuntó a que “los que se llevan la torta de las ganancias y del esfuerzo de todos los argentinos no son los integrantes del Poder Judicial, es la usura financiera” por lo que se paga por mes de intereses de las Leliqs.

Otro cruce tuvo el Senador Martín Lousteau con el periodista Diego Sigman. El legislador dijo que, entre otros recortes “habría que fijarse la pauta publicitaria” que pagan tanto la Nación, como las provincias y los municipios a los distintos medios de comunicación, a lo cual el conductor del canal Todo Noticias (TN) le respondió: “Te cambio tres publicidades por tres asesores”. En honor a la verdad, el dirigente radical, aceptó la propuesta.

Y como el ajuste lo tiene que hacer otro, no se bajaron los subsidios al transporte que favorecen a Capital Federal y el Gran Buenos Aires, para destinarlos a las provincias. Por el contrario, se aumentó el gasto y estas últimas en lugar de recibir $ 66.000 millones, contarán con $85.000 millones de piso”.

Una mirada más abarcativa del problema del "reparto" la brindó el presidente de IDEA, Roberto Murchison, quien dijo “mucho se habla de ceder para crecer, pero nadie hable que hace 10 años que el país está estancado”.

“Todos nos preguntamos cómo repartir la torta, pero la torta es la misma”, dijo Murchison, para sorpresa del millar de empresarios que se dieron cita en Mar del Plata en el Coloquio de IDEA.

Para el 2024, el economista Pablo Guerchunoff, apuntó a que luego de 10 años de estancamiento y de pérdida del poder adquisitivo de los sueldos, los candidatos a presidente le están proponiendo a la sociedad con sus ideas de ajuste, una nueva "travesía del desierto".

"Un nuevo ajuste sobre el largo ajuste", sintetizó Gerchunoff , quien además dijo que "definitivamente" no es el momento de bajar el gasto público, porque lo "primero que hay que hacer es darle una esperanza a la sociedad".

"Lo único que yo veo como esperanza, es un plan de estabilización que le abra la puerta a un programa de reformas", dijo el economista en TN, y aclaró que, sin embargo, que en el comienzo "no puede ser proponerle a la sociedad que empecemos por la reforma previsional y sigamos por la reforma laboral, eso es travesía del desierto sin esperanza".