Las principales cuatro entidades del sector agropecuario, la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina y CONINAGRO, solicitaron a la Corte Suprema de Justicia que declare la inconstitucionalidad de la Ley VIII-103 de la provincia de Misiones, por la cual se prohíbe el uso de Glifosato en todo el territorio provincial.

“La venta y uso del glifosato se encuentra autorizada en todo el país por las autoridades nacionales competentes. Por ello, la ley provincial que prohíbe su uso viola diversas normas federales que regulan la materia desde hace más de cincuenta años”, dijeron las cuatro entidades que conformar la CEEA.

El glifosato es un herbicida de amplio espectro, desarrollado para eliminación de hierbas y de arbustos, en especial los perennes. Es absorbido por las hojas y no por las raíces, y entidades ecologistas, como Greenpeace, desaprueban su uso por ser “probablemente cancerígena”, según indicaciones del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Desde la CEEA destacaron que “más allá de la existencia abrumadora de pruebas sobre la seguridad que presenta el uso del glifosato, el conflicto que debe resolver la Corte Suprema no es un problema científico sobre las características de este producto, sino estrictamente jurídico”. 

Argentina “es un sistema federal en el cual las provincias no pueden entorpecer el comercio interprovincial o internacional, ni interferir o alzarse contra políticas generales adoptadas por el Congreso en pos del desarrollo integral de la Nación”, destacó la CEEA a través de un comunicado.

Las entidades del campo apuntaron a que Misiones “impide, en forma absoluta, el uso de un producto autorizado para su venta y comercialización por el Estado Nacional” y recordaron que “más de 160 países que habilitan el uso de glifosato por considerarlo un producto de baja toxicidad y no cancerígeno”.

Para avalar esto, la CEEA también toma una resolución del 2016 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sostuvo que el uso del glifosato, “además de que no es cancerígeno, no provoca daños ni cambios en el material genético”.