Los altos niveles de inflación continúan impactando en el consumo, sobre todo de los barrios populares en donde los aumentos de productos básicos es mayor al de los grandes centros de compra donde llegan los programas oficiales. La paradoja que muestra hoy la economía: los bares y restaurantes de CABA sostienen sus ventas.

El último relevamiento de la consultora Scentia arrojó que en octubre las ventas generales de consumo masivo en todos los canales cayeron 4,5% respecto al  mismo período del año pasado. Esta es la segunda baja consecutiva después de 14 alzas al hilo. Casualmente, la inflación del mes fue del 6,3% y, si bien estuvo lejos de ser la más alta del año (7,4% de julio), volvió a acelerar después de agosto y septiembre.

El canal más afectado es el tradicional, compuesto por chinos, almacenes y demás comercios de cercanía, en donde la merma fue del 9,8% el mes pasado. Según Isepci, en este segmento los precios aumentaron 7,7% el mes pasado y acumularon aumentos superiores al 100% en el último año. En los grandes supermercados las ventas crecieron 2,5% pero desaceleraron la dinámica desde hace algunos meses.

En este marco, la Secretaría de Comercio sigue preparando la puesta en marcha de Precios Justos por el cual se establece fijación de precios de cerca de 2.000 productos de primera necesidad de noviembre a febrero, y un aumento máximo del 4% para otros 30.000 artículos.

La consultora Econviews señaló, a partir de distintos indicadores adelantados, que ya se observa un enfriamiento en el consumo en general. De acuerdo a CAME, las ventas minoristas acumularon en octubre cuatro meses de caídas interanuales. “Ya para agosto Indec informó que las ventas en supermercados y autoservicios mayoristas se contrajeron 0,2% y 2,1% anual, y en los próximos informes seguramente continuemos observando caídas: la inflación viene golpeando el bolsillo y los sectores más desprotegidos son los más perjudicados. La masa salarial de los trabajadores informales cayó más de 6% en el tercer trimestre con respecto al segundo”, detallaron.

Las que vienen zafando, y cuyos números generan falsa sensación de sostenimiento del consumo general, son las ventas de los restaurantes en CABA: entre julio y septiembre se mantuvieron estables, pero bien por arriba de los niveles pre-pandemia. Y como ya hemos mencionado, ello se explica más por el sesgo pro-consumo de los sectores medios/medios-altos, que ante el escaso poder de ahorro y la alta inflación demandan servicios y bienes durables de relativamente bajo costo, concluyó Econviews.