Los ministerios de Agricultura, Ganadería y Pesca y de Desarrollo Productivo establecieron un cupo adicional de 3.500 toneladas mensuales de carne bovina con rito kosher para su exportación con destino a Israel.

La medida, anunciada el sábado en el Boletín Oficial, se da en el marco de una pérdida de mercados por parte de Argentina luego de la decisión del gobierno de reducir a la mitad el volumen de carne a exportar, para inducir una baja en el precio en el mercado local.

El Gobierno había dispuesto el 20 de mayo el cierre de las exportaciones por el plazo de un mes, excluyendo de la medida al 20 % de los envíos que corresponden a operaciones vinculadas a cuotas de exportación (como la cuota Hilton con destino a la Unión Europea) y los acuerdos bajo preferencias arancelarias.

En junio pasado, la exportación quedó rehabilitada, pero con restricciones: no se podrán exportar los cortes más populares para los argentinos ni hacer envíos hasta el 31 de agosto, prorrogable hasta fin de año, que superen el 50 % del promedio de las colocaciones del año pasado.

El Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) estimó en US$ 1.100 millones la pérdida anual por el cierre de estas exportaciones.

En mayo las exportaciones se ubicaron en US$ 262 millones de dólares, para bajar al mes siguiente a U$S 156 M en junio, agregó la casa de estudios de la Fundación Mediterránea, a partir de datos oficiales.

De manera paralela en las exportaciones de carne bovina de Brasil aumentaron 11% en relación a mayo y las de Uruguay 2%.

“Con la medida de la Argentina, Uruguay se ha beneficiado sobre todo con los países que no tienen una cuota, como las Cuota Hilton y la de Estados Unidos. Esas indudablemente las respetó. Sin embargo, el comercio de la carne es muy cambiante y es difícil diseñar una estrategia país, pero indudablemente, los negocios los hacen los frigoríficos que son empresas particulares y la operativa de la industria y los mercados se han orientado hacia China últimamente”, dijo Álvaro Díaz Nadal, presidente de la Asociación de productores de la raza Angus del vecino país.

En medio de ese panorama, el Decreto 513 estableció en sus considerandos que “el embajador argentino en Israel (Sergio Urribarri) recibió numerosas consultas y solicitudes por parte de importadores israelíes, imposibilitados de cumplir con los compromisos asumidos ante las cadenas de distribución local, de frigoríficos argentinos exportadores”.

A mediados de junio, la embajadora de Israel en Buenos Aires, Galit Ronen, advirtió que “no puede ser que cada vez que a la Argentina se le da la gana, Israel se queda sin carne”.

“Si Argentina no nos va a vender carne de forma regular, vamos a buscar otros lugares”, afirmó la representante diplomática.