Otra vez el Frente de Todos se ve en un debate que puede traer efectos políticos de alta pirotecnia verbal: como recomponer el salario de los trabajadores formales e informales en Argentina, corroído por la inflación desde 2015 y que se agravó con fuerza a partir del primer semestre de 2016 hasta la actualidad. El kirchnerismo más cristinista impulsa un aumento de suma fija.

Siguiendo un paper del Centro de Economía Política (CEPA) que conduce Hernán Letcher, con una suma fija de 25.000 pesos, se retrotraerá a los niveles salariales dejados por Macri en 2019. En tanto si esa suma fuera de 46.500 pesos, se mejoraría más del 30% el salario, regresándolo a los niveles de 2015, cuando CFK dejó la Casa Rosada. Del otro lado, se ubican los economistas que rodean al presidente y proponen un bono de fin de año Alberto Fernández, quienes afirman que un aumento de suma fija podría dinamitar las arcas de los intendentes, ya que según sus datos, el 65% de los trabajadores que ganan menos de 90.000 pesos mensuales son empleados de los municipios, y sólo el 30% del resto de los trabajadores está bajo algún convenio colectivo de trabajo.

Pero lo cierto es que el problema mas grande para el Frente de Todos han dejado de ser los trabajadores formales y es el trabajo en negro récord que engrosa cada vez mas las filas de la llamada "economía popular". Y es que en la Argentina en que gobierna el peronismo hay 5,4 millones de trabajadores asalariados informales, un récord según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en su informe Cuenta de Generación del Ingreso e Insumo de Mano de Obra, que mide desde 2016 el trabajo en negro en la Argentina.

El dato no es menor para la política, y en el FdT saben que gran parte de los 4 millones de votos menos que obtuvo el oficialismo en las PASO de 2021 (y luego en las elecciones de ese mismo año) comparada con las primarias de 2019, son asalariados que se cayeron del sistema en el año de la pandemia durante 2020 y que no se recuperaron del macrismo. De hecho, el incremento de la informalidad según el INDEC fue del 74% entre 2020 y 2022  y de 17,4% en toda la serie (2016-2022). 

Es por eso que en las ultimas semanas en el Senado y la cámara de Diputados, el FdT empezó a moverse para lograr una mejora en los salarios de los trabajadores en negro y le pidieron a Sergio Massa que implemente por decreto un ingreso universal a la indigencia para 2023, una bono de 20.000 pesos  destinado a adultos desocupados y sin planes sociales, que equivale a la Canasta Básica Alimentaria del INDEC. La negociación promete frenar así los dos proyectos de ley presentados por la senadora Juliana Di Tullio y el diputado Itaí Hagman, para convertirlos en ley y que sería un dolor de cabeza para las cuentas nacionales, el Palacio de Hacienda y los técnicos del FMI que miran los números del país. El kirchnerismo quiere que el bono se acerque a los 45.000 pesos, pero con un bono de 20.000 pesos se lograría reducir casi a la mitad la tasa de indigencia, que es de 8,8%, el doble que hace 5 años. La idea del bono también trae problemas entre las organizaciones sociales: Juan Grabois lo apoya, pero el Movimiento Evita lo relativiza.

En ese contexto es que en medio de una inflación interanual del 83%, las soluciones deben ganarle a la suba de precios. Tampoco es simple la situación para los asalariados en blanco. De acuerdo a un informe del IARAF, si se toma como base el sueldo promedio mensual de 2017, en los primeros nueve meses de 2022 los trabajadores privados registrados ya perdieron el equivalente a 1,5 sueldos. Los públicos perdieron 1,9 sueldos y los trabajadores informales, que son los que más pierden con la inflación, perdieron el equivalente a 3,0 sueldos mensuales del año 2017.

Los economistas del IARAF señalan que en los cincuenta y siete meses que transcurrieron entre enero de 2018 y septiembre de 2022, los trabajadores privados formales perdieron el equivalente a 7,7 sueldos, los públicos a 9,6 sueldos y los informales a 12,5 sueldos (un año de ingresos). Esto significa que si bien los trabajadores privados formales cobraron 57 sueldos, respecto a 2017 fue equivalente a cobrar 48 sueldos. En el caso de los públicos fue como cobrar 46 sueldos mensuales de 2017. Y, por último, en el caso de los trabajadores informales, fue equivalente a 43 sueldos de 2017. Una realidad que complica, y mucho, las chances electorales para el Frente de Todos para el año que viene.