“La aceleración de la inflación tiende a retraer el consumo y complicar la performance electoral del oficialismo de turno, tal como ocurrió en 2019”, advirtió sin eufemismos el IERAL de la Fundación Mediterránea en un reciente informe. 

En aquel año en el que el ex presidente Mauricio Marci buscó su reelección, el consumo cayó 6,6% anual con una tasa de inflación promedio de 3,6% mensual, recordó la consultora.  

Estos antecedentes “explican la preocupación del gobierno por la marcha de la inflación y su intención de 'encorsetar' esta variable en el 29% anual, junto con el reciente anuncio de una 'pauta cambiaria' de 25 % para el 2021”. 

En enero la inflación volvió a alcanzar el 4%, al igual que en diciembre, y marco cuatro meses consecutivos de aumentos por encima del 3%. 

Para alcanzar la pauta de inflación del 30% en el 2021, la inflación no tendría que ser mayor al 2,4% en los próximos 11 meses, estimó Gabriel Caamaño

Además, durante el año pasado, la inflación fue del 36,1% y el tipo de cambio oficial aumentó el 38%. Ahora, “la idea, explicitada por el propio (Martín) Guzmán es que el dólar no aumente más del 25%, para no impulsar aún más la inflación”, explicó Guillermo Phillips, de Economía y Sociedad, a Data Clave. 

“El retraso del dólar es ‘un clásico” de los últimos años de elecciones en nuestro país, para bajar la inflación y alentar el consumo, sobre todo de la clase media”, agregó Phillips. 

Algo similar indicó la Fundación Libertad y Progreso en un informe dado a conocer la semana pasada, en la que aseguró que “la estrategia del Gobierno va por la contención del tipo de cambio a cualquier costo hasta las elecciones”.

El campo, con mayores precios de exportación, “será el que pague la insolvencia hasta mitad de año, ayudado con la venta de títulos públicos en dólares en manos de organismos públicos. De ahí en adelante dependerá de una arreglo favorable con el FMI”, consideró Iván Cachanosky, miembro de la Fundación. 

El Economista Federico Furiase, de Eco-Go puso también como condición que “para que el freno en el crawling (devaluación) y la referencia nominal del 30% en paritarias logren bajar la inflación a partir del primer trimestre, es clave bajar el deficit y la emisión monetaria a niveles consistentes”.  

Federico Furiase on Twitter

“El dato fiscal de enero puede sorprender. No hubo emisión y la recaudación voló”, dijo Furiase a través de su cuenta de twitter. 

Pero desde el IERAL consideraron que para que la inflación de este año se acerque al 36,1 % del año anterior, se necesitaría recortar el déficit primario del sector público en 4 puntos del PIB, de 6,5 puntos al 2,5 %, “pero el Presupuesto lo prevé en 4,2 %”. 

“La falta de consistencia entre la política cambiaria y la fiscal es un clásico de la historia económica argentina, sobre todo para períodos electorales, y sus consecuencias son conocidas”, agregó el informe. 

La proliferación de controles y restricciones a las importaciones “está generando 'inflación en dólares' en insumos y partes. Por escasez, hay precios (cubiertas de camión) que casi triplican los vigentes en países vecinos”, destacó. 

Juan Carlos de Pablo, quien también analiza la historia económica del país fue más duro con los conceptos al asegurar que el ministro de Economía, Martín Guzmán “no tiene un plan hasta diciembre, tiene uno hasta octubre. Y luego se verá”.