El pasado jueves, la última jornada financiera del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, se produjo una devaluación del 5,9% que llevó el precio del dólar $ 385 en el mercado mayorista, y a $ 400,50 en el Banco Nación.

De esa manera, Miguel Pesce, uno de los pocos titulares de cumplir con su mandato en el Banco Central, dejó la entidad luego de haber multiplicado más de seis veces el valor del dólar. Sin embargo, hasta la fecha se mantiene el mismo directorio.

Por este motivo, el Banco Central decidió este lunes aplicar la regla de conformidad previa a
todas las operaciones de demanda que se cursan a través del mercado de cambio. “La medida fue dispuesta en función de dar tiempo a la gestión del Poder Ejecutivo de cumplir con los trámites administrativos para la conformación de las nuevas autoridades y anunciar e implementar las políticas que llevarán adelante”, señalaron desde la entidad a través de un comunicado.

Y agregaron: “Durante la transición, las operaciones de cambio serán analizadas y cursadas en función de las prioridades”.

Más allá de esa devaluación, hecha a última hora del día, lo cierto es que para la apertura de hoy los agentes financieros pactaban operaciones con un dólar oficial de $500.

El flamante ministro de Economía, Luis Caputo, se abstuvo de precisar a cuánto estará la divisa, pero su par de Interior, Guillermo Francos, consideró “sería razonable que el dólar ronde entre los $ 600 y $ 650”, el valor que cobraban los exportadores por la combinación a “50 y 50” de la cotización oficial y el Contado con Liquidación.

Claro que esa es toda historia antigua. Ahora habrá que ver qué precio le pone el Banco Central al nuevo dólar, pero a la vez, que medidas monetarias y financieras, en concreto, adopta el gobierno para atemperar la inflación que rondó el 12 % en noviembre y todo apunta que llegará al 20% en diciembre.

Se sabe que el lunes no habrá “ley ómnibus” y que muchos de sus componentes serán desregulaciones de varios aspectos de la economía, como lo hizo en 1991 Domingo Cavallo, cuando lanzó el Plan de Convertibilidad, junto a las privatizaciones.

La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), a través de su titular, Natalio Grinman, hizo la primer movida y exhortó a la oposición y a la sociedad en su conjunto “a ejercer la actitud madura de acompañar las medidas y propuestas del Presidente electo orientadas a lograr la recuperación del país, que no será instantánea”.

“Será costosa y demandará un tiempo considerable, pero el presente de Argentina deja en claro que los supuestos atajos, más temprano que tarde, acaban en el fracaso”, dijo la CAC a través de un comunicado.

Lo cierto es que recién el miércoles estaría presenta esa iniciativa en el Congreso, mientras tanto habrá que esperar y pasar otro diciembre “caliente” como fue en el 2001.