El aumento de la pobreza, de la inseguridad y la baja en la calidad de la educación pública se registran a pesar del incremento en la presión tributaria para resolverlas, se encamina al 33,1% sobre el PBI este año, y el peso del Estado llegará al 47%, desde el 30% que ocupaba en el 2000.

Así lo destacó un reciente informe del IERAL, la casa de investigaciones de la Fundación Mediterránea, a partir de la difusión por parte del Indec del Índice de Pobreza, que alcanzó al 42% a fines del año pasado, casi siete puntos por encima del 36,1% con el que cerró el 2019, y el mal resultado de Argentina en las pruebas PISA.

El Ieral que dio cuenta que Argentina, “a pesar de gastar en el sector público 17 puntos extras del PIB en las últimas dos décadas, no exhibe una mejora notoria en algunas variables claves sobre las que el Estado debería influir, como educación, seguridad o tasa de pobreza”.

Este aumento en el Gasto Público estuvo acompañado por un incremento en la presión tributaria.

Fuente: IERAL
Fuente: IERAL

Luego de bajar del 33,8% al 30,9% del PBI entre 2015 y 2019, la carga impositiva en Argentina subió a 32,4% en 2020 y apunta a 33,1% en 2021, “retomando una tendencia alcista que había exhibido entre 2002 y 2015, cuando pasó del 19,3 al 33,8% del PBI”, cerca de 15 puntos porcentuales de suba en 13 años. 

En definitiva, “en Argentina existe una alta presión tributaria, pero además incertidumbre respecto a si no va a subir adicionalmente, dada la nueva tendencia y renovada visión sobre el papel del estado en la economía” apuntó el Ieral. 

En una comparación internacional de presión tributaria, “Argentina y Brasil aparecen claramente a la cabeza en Latinoamérica, superando además a muchos países desarrollados como Estados Unidos, Australia y Corea del Sur. Sólo en Europa se observan guarismos mayores, con algunos países superando el 45% del PBI”.

La presión tributaria subió 11 puntos del PIB en dos décadas en Argentina, “para financiar un gasto público que también aumentó con desmesura en dicho período, cuando pasó de 30 a 47% del PIB”, destacó el IERAL. 

Sin embargo, “la fuerte suba de impuestos no resultó suficiente para financiar tal incremento en el gasto público, se generó además un elevado déficit primario, que en 2020 resultó 6,5% del PIB (para este año el presupuesto prevé 4,2%), con sus conocidas consecuencias en términos de inflación y endeudamiento”.

Argentina se ubica así con uno de los mayores pesos del estado en la economía en Latinoamérica, superado en el mundo por algunos países europeos, aunque con una diferencia notable en la calidad y eficiencia de los servicios públicos.

La pobreza va en aumento a pesar del crecimiento de la presión tributaria, destacó el IERAL 

Argentina, “a pesar de gastar en el sector público 17 puntos extras del PIB en las últimas dos décadas, no exhibe una mejora notoria en algunas variables claves sobre las que el Estado debería influir, como educación, seguridad o tasa de pobreza”.

El IERAL puso como ejemplo  la creación del “Aporte solidario extraordinario” -más conocido como “Impuesto a la Riqueza”- en el que “si bien se argumenta que el producido por dicho aporte se destinará a gastos sociales y a compensar efectos de la pandemia, la pregunta que debería responder la política argentina es cómo ha ocurrido que, tras una espectacular suba de la presión tributaria y el gasto público en los últimos 20 años, el Estado aun no puede cubrir los gastos sociales básicos ni ha sido capaz de generar un fondo de ahorro para enfrentar contingencias”.